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Para mi papi y mi mami:
Ya sea que estemos cerca o lejos,
tomados de la mano o divididos por continentes,
espero que nuestro amor permanezca ntegro por siempre.
Para Toni Ferrara:
Tu recuerdo sigue vivo en los
corazones de todos aquellos a quienes tocaste.
Para m, tu luz es la que ms brilla.
A la izquierda est la manzanita de mi padre. Mis padres decan que yo pareca una manzanita cuando nac. A la derecha est la enfermera, Diana, que ayud en el parto.
Hay captulos en cada vida que rara vez se leen, y ciertamente no en voz alta .
C AROL S HIELDS , novelista ganadora del premio Pulitzer
Un momento, eso es todo lo que se necesita para que tu mundo se parta en dos. Para m, ese momento ocurri cuando tena catorce aos: volv a casa de la escuela y descubr que a mis padres inmigrantes y muy trabajadores, se los haban llevado. En un instante irreversible en el lapso de un solo respiro, la vida tal como yo la haba conocido qued alterada para siempre. Esa es la parte de mi historia que he compartido. Este libro es el resto de ella.
Deportados. Mucho antes de entender del todo lo que significaba esa palabra, haba aprendido a temerla. Cada vez que oa el timbre de nuestra casa, cada vez que pasaba una patrulla de polica por la calle, una posibilidad horripilante flotaba en el aire: algn da mis padres podran ser devueltos a Colombia. Ese miedo impregn cada parte de mi infancia. Da tras da, ao tras ao, mis padres trataron desesperadamente de convertirse en ciudadanos estadounidenses y de mantener unida a nuestra familia. Suplicaron, planearon, rezaron. Recurrieron a otros en busca de ayuda. Y al final, ninguno de sus esfuerzos bast para mantenerlos aqu, en este pas que amamos.
Mi historia es desgarradoramente comn. Hay ms de once millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, y cada da un promedio de diecisiete nios son puestos bajo cuidado estatal una vez que sus padres son detenidos y deportados, de acuerdo con la Agencia de Inmigracin y Aduanas de EE.UU. (ICE). Esas cifras no tienen en cuenta las decenas de personas que, como yo, simplemente cayeron por las grietas burocrticas. Despus de que mis padres me fueron arrebatados, ningn funcionario del gobierno vino a verme. A nadie pareca importarle ni darse cuenta siquiera de que yo estaba completamente sola.
No es fcil para m ser tan sincera sobre lo que pas con mi familia, especialmente despus de pasar tantos aos escondidos en las sombras. Realmente he tenido dificultades para contar mi historia. As que por qu decido revelar tantas cosas ahora? Porque aquella tarde cuando llegu a una casa vaca, me sent como la nica nia que jams hubiera afrontado algo tan abrumador. Y en los aos angustiosos que siguieron, habra significado todo para m saber que alguien, en algn lugar, haba sobrevivido a lo que yo estaba pasando. Para los miles de nios sin nombre que se sienten tan olvidados como me sent yo, este libro es mi regalo para ustedes. Es tanto para su sanacin como lo es para la ma.
Del mismo modo en que un momento puede traer consigo la desesperacin, tambin puede dar lugar a un comienzo nuevo y poderoso. Una vida diferente. Un sueo de seguir adelante y hacia arriba en lugar de ir hacia atrs. Lo que ustedes leern en estas pginas trata, en ltima instancia, de esa esperanza, del mismo deseo que alguna vez trajo a mi familia a esta nacin. Esa esperanza es lo nico que me ha sostenido en medio de esta experiencia terrible y aterradora.
En estos das, nos rodea un montn de conversaciones acerca de la reforma migratoria, de la seguridad fronteriza, de un camino hacia la ciudadana para los millones de trabajadores indocumentados que viven entre nosotros. Detrs de cada uno de los titulares, hay una familia. Una madre y un padre. Un nio inocente. Una historia de la vida real que es a un mismo tiempo profundamente dolorosa y raramente contada. Por fin, he encontrado el valor para contarles la ma.
Muy fresca en mi freshman year de la secundaria.
Cada puerta, cada interseccin, tiene una historia .
K ATHERINE D UNN , novelista
Primavera de 2001: en el sector Roxbury de Boston.
Mi mam estaba retrasada conmigo y yo detestaba llegar tarde a la escuela, especialmente a una escuela que me encantaba y sobre todo cuando me preparaba para mi primer solo. Que una estudiante de primer ao lograra un solo era algo muy importante. En realidad, era enorme. De hecho, incluso entrar a la Academia de Artes de Boston haba sido un milagro. Fue mi boleto de salida del barrio.
Diane, ven a desayunar me dijo mi madre desde la cocina.
Tengo que irme! grit, porque, seamos sinceros, al igual que muchas chicas de catorce aos, mi actitud era desafiante.
Tienes otro segundo dijo mi madre, siguindome por el pasillo. Tienes que comer algo.
No, no tengo otro segundo le espet. Por qu siempre me haces esto?
Y entonces, antes de que ella pudiera decir otra palabra o incluso darme un abrazo de despedida, paf!, cruc el umbral de la puerta como un huracn para agarrar el tren.
La temperatura era agradable afuera, alrededor de los setenta grados Fahrenheit. Despus de un invierno glacial, el clima estaba mejorando finalmente y, al parecer, lo mismo suceda con la suerte de mi familia. El da antes, mi padre se haba ganado la lotera. No era una cantidad astronmica de dinero tan solo unos cuantos miles de dlares, pero para nosotros era como el premio mayor. Y adems, el amor flua de nuevo en nuestra casa: mi sobrina de cuatro aos, que haba estado lejos de nuestra familia desde que mi hermano mayor, Eric, y su esposa se haban separado, estaba pasando un tiempo con nosotros. Yo lo vea como una seal de que las cosas estaban mejorando, de que llegaran tiempos mejores.
Mir mi reloj mientras corra por el campus. Tres minutos para que sonara el timbre. Incluso antes de las ocho de la maana, el lugar bulla de actividad. Se acuerdan de Fame , esa serie de televisin de los aos ochenta sobre una escuela secundaria de artes escnicas en Nueva York? Bueno, estudiar en BAA se senta como entrar al set de ese programa. Muchos chicos bailaban y se movan con frenes. Al lado, otro grupo cantaba canciones a todo pulmn o haca dibujos artsticos en las paredes. La energa era una locura, sobre todo justo antes del festival de primavera, la noche en que nuestros padres vendran a vernos mientras nos presentbamos en el escenario. Era la noche ms especial del ao, y mi nmero una cancin de amor a do llamada La ltima Noche del Mundo, de Miss Saign era parte del acto final.
Justo a tiempo, pero casi sin aliento, dobl la esquina hacia el saln de Humanidades. Era as como nuestro da estaba organizado: en primer lugar, veamos materias acadmicas como Matemticas y Ciencia, y luego estaban los cursos de la tarde, para los que yo viva: Teatro, Arte y Msica. Y como slo faltaban tres semanas para el festival de primavera, tambin me empec a quedar hasta tarde para poder practicar un poco ms. No slo quera que mi nmero fuera bueno, quera que fuera absolutamente perfecto.