Geoffrey Jukes
Stalingrado
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Equipo editorial de la Historia Ilustrada de la II Guerra Mundial:
El autor de Stalingrado: Geofrey Jukes
El autor, especialista en asuntos soviticos, gran conocedor de la historia y estrategia militar, ha trabajado en el Ministerio ingls de Defensa. Autor en el Foreign Office y para el Instituto de Estudios Estratgicos como miembro del Comit Consultivo en Asuntos Soviticos. En 1967 ingres en la Universidad Nacional Australiana, en el Departamento de Relaciones Internacionales.
Director Editorial: Barrie Pitt
Autor de muy importantes obras histricas sobre la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. Colaborador de la "Enciclopaedia Britannica" sobre temas de guerra naval; asesor histrico del "Sunday Times Magazine"' director de lo "Purnell's History of the Second World War"; asesor consultivo de la serie de pelculas que la BBC produjo sobre la Primera Guerra Mundial.
Asesor Militar: capitn Sir Basil Liddell Hart
Entre las dos grandes guerras realiz un papel fundamental, abogando por el desarrollo del poder areo, las fuerzas acorazadas y la estrategia anfibio. Muchos jefes famosos de la II G. M. fueron sus "discpulos", incluso el general Guderian, creador de las fuerzas "panzer" alemanas. Autor de ms de 30 libros, fue uno de los mejores expertos de la II G. M.
Prologuista y Presentador: Vicente Taln
Es un gran experto en temas poltico-militares. Como corresponsal del diario "Pueblo", ha visto los ms importantes sucesos blicos que se han producido en el mundo los ltimos aos. Tras realizar cursos de informacin, ha obtenido diplomas en varios centros militares y ha escrito dos libros histrico-militares: "Los rusos en el Mediterrneo" o "Arde Guernica".
STALINGRADO
Presentacin
Pocos nombres significan tanto, en la historia de la Segunda Guerra Mundial, como el de Stalingrado. Y se comprende, ya que la gran ciudad, asomada sobre las aguas anchurosas del Volga, no slo fue el escenario de una tenaz resistencia, magnficamente explotada por los dirigentes rusos para enervar patriticamente a su pueblo, sino que, adems, con el posterior copo y destruccin del Sexto Ejrcito alemn, infligieron a los ocupantes hitlerianos un golpe de proporciones devastadoras. En adelante, el nombre de Stalingrado sera como una droga estimulante para los soldados de Stalin, mientras que para tos alemanes, por el contrario, encarnara la ms negra de las pesadillas y la ms torva de las amenazas. Es a partir de Stalingrado, y ello no tiene nada de habitual, cuando la propaganda comunista hace fuerte mella en los prisioneros germanos y cuando comienzan a potenciarse las organizaciones de oficiales libres, en las que incluso acaba ingresando el propio comandante en jefe del destruido Sexto Ejrcito: el mariscal von Paulus.
Detalle que no podemos dejar de subrayar: en Stalingrado combatieron algunos de los soviticos que, en calidad de asesores del ejrcito republicano, hicieron la guerra de Espaa. Entre ellos cabe destacar al mariscal Zhukov, que pas callada, pero eficazmente por los frentes ibricos, y que rompera el cerco alemn de Stalingrado para establecer contacto con la escogida Trece Divisin de la Guardia, que mandaba uno de los ex combatientes de Guadalajara, el mariscal Rodimtsev. Tambin murieron varios espaoles en la defensa de Stalingrado, dos de los cuales llevaban apellidos famosos. Uno era el joven Santiago de Paul Nelken, hijo de Margarita Nelken. quien cay junto a su pieza de artillera, al intentar rechazar un ataque de los panzer germanos. El otro se llamaba Rubn Ruiz Ibrruri, y era hijo de Dolores Ibrruri, ms conocida por Pasionaria. Combatiente en el sector de la estacin de Kotluban, durante lo ms virulento de la batalla, el teniente Ruiz result herido el da mismo en el que compaa fue aniquilada y falleci, al poco, en el hospital de campaa. Hoy, sus restos reposan en el tmulo de Mamayev, en la plaza de los cados de Stalingrado, junto con cientos de sus compaeros de armas.
VICENTE TALON
STALINGRADO, LA BATALLA DECISIVA
Introduccin
por el Capitn Sir Basil Linddell Hart
Stalingrado fue la batalla ms prolongada de la Segunda Guerra Mundial, y su resultado tuvo una influencia decisiva sobre el curso de la guerra. Geoffrey Jukes, que se ha distinguido como experto en el Frente Oriental, ha escrito un relato de esta lucha trascendental que justifica el ttulo.
Despus del intento de Hitler de invadir Rusia en 1941, intento que estuvo a punto de triunfar, el Ejrcito alemn careca de la fuerza y los recursos para realizar una nueva ofensiva a la misma escala que la del ao 1941. pero Hitler se resista a mantenerse a la defensiva mientras consolidaba sus posiciones. Por consiguiente, estudi una solucin ofensiva que le permitiera, con recursos limitados, conseguir un xito de mayor trascendencia. Sin fuerzas ya para atacar a lo largo de todo el frente, concentr sus esfuerzos en la zona del Sur, con el propsito de capturar el petrleo del Cucaso -que ambos contendientes necesitaban para garantizar la plena movilidad de sus ejrcitos-. Si lograba dominar esos yacimientos, a continuacin podra volverse hacia el Norte sobre la retaguardia de los inmovilizados ejrcitos rusos, que cubran Mosc, o incluso lanzar sus ataques contra las industrias blicas rusas, que se haban establecido en los Urales. La ofensiva, sin embargo, supona una accin cuyo resultado era aun ms incierto que la del ao anterior, porque, caso de que fuera rechazada, el largo flanco de esta penetracin quedara expuesto a contra golpes en cualquiera de los puntos a lo largo de una distancia superior a mil quinientos kilmetros.
Inicialmente, la tcnica alemana de la guerra relmpago consigui un nuevo xito -era su quinta notable y significativa victoria desde la conquista de Polonia en 1939-. En el sector Kursk-Jarkof tuvo lugar un vertiginoso avance, y a continuacin el Primer Ejrcito Panzer irrumpi, como un torrente, a lo largo del corredor entre los ros Don y Donetz. Surgiendo, a travs del Bajo Don, la puerta del Cucaso, en tan slo seis semanas, alcanz los yacimientos petrolferos ms occidentales de Maikop.
La resistencia rusa se haba desmoronado totalmente bajo el impacto de la guerra relmpago, y Kleist apenas haba encontrado oposicin en las ltimas fases de su avance. Rusia atravesaba su momento de mayor debilidad. Slo uno de los reemplazos de sus ejrcitos, de reciente formacin, se encontraba listo para entrar en accin, e incluso ese re emplazo estaba deficientemente equipado, especialmente de artillera.
Afortunadamente para Rusia, Hitler haba dividido sus fuerzas entre el Cucaso y Stalingrado, sobre el ro Volga, puerta de entrada al Norte y a los Urales. Adems, al ser rechazados los primeros ataques efectuados por el Sexto Ejrcito de von Paulus contra Stalingrado, a mediados de julio -aunque tmidamente-, Hitler, de forma ya continuada, redujo sus efectivos en el Cucaso para reforzar el ataque divergente contra Stalingrado. Segn indicaba su nombre, esta era "la ciudad de Stalin", y, por consiguiente, Hitler no poda tolerar la vejacin de verse desafiado aqu, lo cual termin por convertirse en una obsesin para l. Desgast sus fuerzas en el prolongado esfuerzo que luego de realizar para intentar su captura, dejando en el olvido lo que era su objetivo primordial: los vitales suministros de petrleo del Cucaso. Conforme Kleist avanzaba des de Maikop hacia los principales yacimientos, su ejrcito tropez con creciente resistencia de las tropas locales, las cuales luchaban por la defensa de sus hogares, mientras que, por otro lado, vea cmo se reducan sus efectivos a favor de Paulus, en su intento de captura de Stanligrado.