Jutta Burggraf - Cartas a David: Acerca de la Homosexualidad (dBolsillo MC)

JUTTA BURGGRAF

CARTAS A DAVID

ACERCA DE LA HOMOSEXUALIDAD

PALABRA

Coleccin: dBolsillo

Director de la coleccin: Jess Urteaga

Coordinador de la coleccin: Daro Chimeno

Jutta Burggraf, 2000

Ediciones Palabra, S.A., 2013
Paseo de la Castellana, 210 - 28046 MADRID (Espaa)
Telf.: (34) 91 350 77 20 - (34) 91 350 77 39

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Diseo de cubierta: Fco. Javier Prez Len

Edicin en ePub: Javier Muoz Municio

ISBN: 978-84-9840-729-7

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Este folleto est dividido en dos partes. La primera, que da ttulo a esta obra, contiene un nmero de cartas escritas por Mary, mujer casada y con hijos, a David, un joven homosexual. Han sido compaeros de estudios universitarios; la amistad que les une es profunda, y es la base que sirve de soporte a Mary para consolar las desgracias de su amigo e intentar recomponer, aunque sea un poco, su existencia.

A travs del contenido de las cartas, la autora quiere darnos a entender que las personas con tendencias homosexuales son por encima de todo personas. Aunque sea breve en espacio, la descripcin de este curioso entorno que envuelve a estas personas es ms que suficiente para que el lector capte lo que ellas sienten y sufren, sus desengaos y sus luchas, qu buscan y qu odian. Las tendencias homosexuales, difciles de comprender en profundidad, muchas veces son rechazadas de manera poco cristiana y humana. Y sin embargo estas personas lo que ms necesitan es comprensin. Porque, como dice la Iglesia en el Catecismo de la Iglesia Catlica, la inclinacin homosexual objetivamente desordenada, constituye una prueba para la mayor parte de los hombres y mujeres que experimentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas, y afirma claramente que estas personas deben ser acogidas con respeto, compasin y delicadeza. Se evitar, respecto a ellas, todo signo de discriminacin injusta.

Es injusto, por tanto, condenar a las personas. La sexualidad no es lo ms importante en la moral cristiana. Y, de hecho, los pecados ms importantes son los espirituales. Y qu es lo ms importante de la moral cristiana? Sin duda, el amor. Pero no el amor-sexo, sino el amor-don, el amor-entrega, el amor-sacrificio Y hacia eso tiende la moral: a encaminar a las personas a que descubran el amor, la unin con Dios. Por tanto no podemos centrar la moral cristiana en la sexualidad. No todo en el hombre es sexo.

Y en este marco se incluye la segunda parte del folleto: una jugosa entrevista con Georges Cottier, el famoso telogo del Papa, con motivo de la fiesta del Orgullo Gay, acaecida en Roma el pasado mes de julio.

Querido David:

Ayer, durante nuestra conversacin tan larga, me confesaste que eres homosexual, y yo me call. Me hablaste de tus experiencias, planes, fracasos e ilusiones, y yo no dije nada ms que algunas frases convencionales. Perdname! Hablaste cada vez ms rpido, ms entonado. Al fin, ya no podas aguantar ms mi reserva interior, y me pediste, con insistencia, que diga lo que pienso, sobre tu situacin. Pero yo no pude responder. Tena la cabeza y el corazn demasiado llenos de imgenes, sentimientos, dudas y convicciones

Hoy veo ms claro, y quiero explicarte algunos de mis pensamientos. Espero que te sirvan para algo. Ya que t me has ayudado tantas veces en los ltimos aos, me alegrara si yo pudiese hacer algo por ti ahora, aunque no sea ms que darte una visin realista y positiva de tu vida.

No creas que me he callado por sorpresa. Francamente, ya haba presentido, desde algn tiempo, que te pasa algo por el estilo. No por el pendiente o la coleta del pelo (y te favorecen!), sino por el modo de comportarte, de contar las cosas, mirar, reaccionar. Adems, la gente habla; pero esto no me interesa demasiado, como sabes muy bien.

Tampoco me he callado por escndalo. Nos conocemos desde los tiempos de la Universidad; te aprecio mucho, y te quiero como a un hermano, aunque no nos hayamos visto durante largos ratos. Ignoro las causas de la homosexualidad genticas?, psquicas? En todo caso, mirando las penas que causa, aquella tendencia me parece comparable a una enfermedad, o una deficiencia dolorosa, y quin podra escandalizarse, cuando un amigo cae enfermo?

Con esto he llegado a la razn de mi silencio. Me permites que te diga las cosas con la misma sinceridad con la que t me has hablado? La verdad es que tengo un profundo respeto al dolor ajeno, a una persona que sufre. Quiero animar, pero huyo de los consuelos baratos; quiero orientar, pero sin recetas fijas. Quiero ayudar sin herir. Estoy dispuesta a llevar la carga contigo, pero sin colaborar en la subcultura que se crea frecuentemente alrededor de la homosexualidad: el mundo de la droga, de la prostitucin y pornografa, de la desesperacin, en fin.

S, estoy convencida de que sufres, en el fondo de tu corazn, aunque digas que la tendencia homosexual sea normal. Pero cmo puede ser normal que un hombre se acueste con otro hombre, una mujer con otra mujer? Aunque el noventa por ciento de la poblacin quisieran hacer esto, nunca sera normal: porque contradice profundamente a nuestra naturaleza. Si realizamos los actos relacionados con la capacidad de engendrar una nueva vida, sin tener en cuenta nuestra situacin existencial (o la del otro), destruimos algo en nosotros, que podramos llamar la armona interior, o la certeza radical de que nuestras actuaciones tienen algn sentido. Adems, las cifras que difunde el movimiento gay estn bastante exageradas. No te dejes enrollar por los grupos de presin homosexuales!

Conozco tu gran sensibilidad y s que, en principio, no quieres abusar de otras personas para tu propio placer. No quieres corromper, sobre todo, a los chicos jvenes que, a veces, pueden sentir alguna tendencia parecida a la tuya, en una fase determinada de su desarrollo. Esto s que es bastante normal, y si no le hacen caso, aquella tendencia desaparece despus de algn tiempo sin ms. Pero, desgraciadamente, muchos de tus colegas se aprovechan de esta confusin sentimental de los jvenes. Por esto es comprensible la gran preocupacin de los padres y maestros. Ciertamente, no deben trataros con prejuicios, ni marginaros. Pero, por otro lado, tenis que esforzaros un poco para ganar su confianza.

No, t no quieres abusar de los dems. Los ves como personas humanas (siempre has sido un filsofo!), no como meros instrumentos que pueden utilizarse para satisfacer los deseos ms egostas. Me dices que, realmente, ests enamorado de tu amigo Paul, y pretendes crear una comunidad de vida y amor con l. Tienes el deseo de contraer un matrimonio con l, aunque en Francia (donde queris vivir) no se lo pueda llamar as; por eso hablas de un pacto civil de solidaridad. Quieres incluso adoptar su pequea hija natural y tener un hijo propio en el futuro, con la ayuda de la tcnica. Y exiges el apoyo del Estado para esta empresa Comprendo tu inquietud, tu deseo sincero de compartir la vida con otra persona. Pero la sociedad no debe crear una nueva ley al respecto. No debe reconocer todas las asociaciones afectivas ligadas a la responsabilidad de cada persona, y que forman parte de la esfera privada. Una cosa es comprender, y otra muy distinta proponer modelos de unin, que a travs de una ley se convierten en punto de referencia social. Esto significara debilitar notablemente al matrimonio y a la familia y daar con ello, directa o indirectamente, a todos los ciudadanos. Adems, podras realmente pedir a una mujer que se preste para una cosa tan antinatural como la