Los hombres no son islas

NUCCIO ORDINE

LOS HOMBRES

NO SON ISLAS

LOS CLSICOS

NOS AYUDAN A VIVIR

TRADUCCIN DEL ITALIANO

DE JORDI BAYOD

ACANTILADO

BARCELONA 2023

CONTENIDO

Stiras, Ludovico Ariosto

Infierno, Dante Alighieri

Galateo, Giovanni Della Casa

Siddhartha, Hermann Hesse

Pensamientos, Blaise Pascal

Poemas, Safo

Suum cuique tribuere.

A Giulio Ferroni, ahora por antes.

INTRODUCCIN

VIVIR PARA LOS OTROS:

LITERATURA Y SOLIDARIDAD HUMANA

Hago decir a los otros lo que yo no soy capaz de decir tan bien, sea por la debilidad de mi lenguaje, sea por la debilidad de mi juicio.

MICHEL DE MONTAIGNE (II, 10)

1. JOHN DONNE: NINGN HOMBRE ES UNA ISLA

Ningn hombre es una isla, ni se basta a s mismo; todo hombre es una parte del continente, una parte del ocano [a part of the maine]. Si una porcin de tierra fuera desgajada por el mar, Europa entera se vera menguada, como ocurrira con un promontorio donde se hallara la casa de tu amigo o la tuya: la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy parte de la humanidad; as, nunca pidas a alguien que pregunte por quin doblan las campanas; estn doblando por ti [XVII, p. 186].

Debo a la bellsima imagen de John Donne el ttulo de esta pequea biblioteca ideal. Siguiendo la estela de Clsicos para la vida, he reunido una nueva coleccin de citas y de breves comentarios. Tampoco en este caso he elegido a los clsicos en funcin de un canon, sino que, como hice en el volumen precedente, he continuado seleccionando los textos pensando en cada ocasin en los intereses de mis estudiantes, en las lecturas (y relecturas) casuales que estaba haciendo o en los temas candentes sugeridos por la actualidad. La ausencia, por ejemplo, de Dante y Petrarca en Clsicos para la vida era puramente casual, como casual es su presencia en este volumen. El mismo discurso puede aplicarse a otros grandes autores. Ajeno a toda preocupacin clasificatoria (los cnones implican rgidos parmetros, formados por inclusiones y exclusiones, metros y reglas, normas y plantillas, que exceden el horizonte de este libro), he intentado una vez ms seleccionar aquellos fragmentos de los clsicos susceptibles de despertar un vivo inters y animar al lector a apropiarse de la obra en su integridad. Lo he dicho y lo he escrito en muchas ocasiones: las antologas no sirven para nada si no invitan a abrazar ntegramente los textos de los que reproducen pasajes o fragmentos.

La decisin de evocar la imagen insular de John Donne en el ttulo no es casual. Todo el mundo puede ver lo que ocurre en Europa y en el mundo en estos momentos: se construyen muros, se levantan barreras, se extienden cientos de kilmetros de alambre de pa, con el despiadado objetivo de cerrar el paso a una humanidad pobre y sufriente que, arriesgando la vida, intenta escapar de la guerra, del hambre, de los tormentos de las dictaduras y del fanatismo religioso. Miles de personas sin voz, privadas de toda dignidad humana, desafan la aridez de los desiertos, los mares embravecidos y la nieve de las montaas buscando desesperadamente un refugio, un lugar seguro, un cobijo donde poder cultivar la esperanza de un futuro digno. El Mediterrneoque durante siglos haba favorecido los intercambios de mercancas, de lenguas, de cultos, de obras de arte, de manuscritos y de culturasse ha convertido, en los ltimos aos, en un fretro lquido en el que se acumulan miles de cadveres de migrantes adultos y de nios inocentes. Hoy, el Mare Nostrumy esto vale para cualquier extensin de agua, dulce o saladaes percibido por los partidos xenfobos europeos como una frontera natural y no como una oportunidad para facilitar trnsitos y comunicaciones de un territorio a otro.

En este brutal contexto, la bellsima reflexin de Donnerecogida en Devociones para circunstancias inminentes (1624)despierta en nosotros el recuerdo de valores que hoy en da parecen olvidados. Una larga enfermedad y la experiencia del dolor se convierten para el autor en una oportunidad extraordinaria para interrogarse sobre el misterio de la muerte y sobre el lugar que corresponde a los simples individuos en la humanidad. Postrado en su lecho (Arrojado como he sido a esta cama, mis coyunturas desmadejadas parecen grilletes, y estas finas sbanas, puertas de hierro, III, p. 58), el poeta ingls oye el taido de las campanas y piensa enseguida en la desaparicin de un vecino (Esas campanas me indican que lo conoca, o que era mi vecino, XVI, p. 176). Pero la muerte del otrorelatada en la meditacin XVII, titulada Nunc lento sonitu dicunt, morieris (Ahora esta campana que dobla suavemente por otro me dice: eres t quien debe morir), no slo constituye una oportunidad para reflexionar sobre nuestra propia muerte, sino que es asimismo una valiosa oportunidad para entender que los seres humanos estn ligados entre s y que la vida de cada hombre es parte de nuestra vida: Ningn hombre es una isla, ni se basta a s mismo; todo hombre es una parte del continente, una parte del ocano (XVII, p. 186). La metfora geogrfica nos hace ver aquello que no se alcanza a percibir en medio del remolino del egosmo cotidiano: que un hombre, es decir, un universo, es todas las cosas del universo (XVI, p. 180), de igual manera que un terrn cualquiera de un continente es ese continente (XVI, p. 180). Por eso la muerte de cualquier hombre me disminuye: porque cada uno de nosotros es parte de la humanidad, porque somos mltiples pequeas teselas de un todo nico. As, cuando omos taer la campana, tomamos conciencia de que una parte de nosotros nos ha dejado y que ahora esa campana suena tambin por quien queda (As, nunca pidas a alguien que pregunte por quin doblan las campanas: estn doblando por ti, XVII, p. 186). Con la negacin del hombre-isla, la meditacin sobre la enfermedad y sobre la muerte se transforma en un himno a la fraternidad, en un elogio a la humanidad concebida como el cruce inexplicable de una multitud de vidas.

Es una imagen de la humanidad diametralmente opuesta a la egosta y violenta que hoy en da domina las campaas electorales de Europa y Estados Unidos. Al grito de un mismo eslogan sazonado con algunas diferencias (America first, La France dabord, Prima gli Italiani o Brasil acima de tudo, por poner slo algunos ejemplos), grupos de polticos armados de un implacable cinismo han fundado partidos de xito con un nico objetivo: cabalgar sobre la indignacin y el sufrimiento de las clases menos favorecidas para fomentar la guerra de unos pobres (los que han pagado y pagan duramente estos aos de crisis) contra otros (los migrantes que buscan desesperadamente un futuro en los pases ms ricos). Los datos ofrecidos por la ONG britnica Oxfam a comienzos de 2018, con motivo de la celebracin del World Economic Forum de Davos, son sobrecogedores: el uno por ciento de la poblacin mundial haba acaparado el ochenta y dos por ciento de la riqueza generada el ao anterior. Un crecimiento terrible de las desigualdades que no justifica una estrategia de rigor que empobrece a la clase media y reduce a la indigencia a las familias ms humildes. Es inmoral que polticos europeos (algunos de los cuales han favorecido la transformacin de sus pases en atractivos parasos fiscales!) exijan el pago de la deuda a un pobre pensionista griego, italiano o espaol y permitan que las grandes multinacionales (Amazon, Google, Apple, etctera) se enriquezcan sin pagar impuestos en los Estados en los que ingresan miles de millones de euros. Asimismo es inmoral promulgar reformas que, en nombre de la modernidad y de la movilidad del trabajo, abolen gradualmente la dignidad de los trabajadores y todo derecho de tener derechos (retomo aqu la feliz expresin acuada por Hannah Arendt y relanzada por Stefano Rodot). Basta con recorrer los curricula de muchos destacados dirigentes que operan en el Parlamento y en las salas de mandos de la Unin Europea, para darse cuenta de sus estrechos vnculos con influyentes bancos, poderosas financieras, grandes multinacionales o reputadas sociedades de rating. Ante el crecimiento exponencial de la evasin fiscal y de la corrupcin, es difcil imaginar un futuro para esta Europa al servicio de los potentados econmicos que no est cargado de conflictos humanos y sociales muy peligrosos.