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(Al final del libro se presentan otrs tapas disponibles...) 0

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J K Rowling

2003

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El da ms clido del verano se dibujaba en un cercano y sooliento silencio, que se extenda por las grandes y cuadradas casas de Privet Drive. Los coches, que generalmente brillaban, permanecan polvorientos en las entradas de sus casas, y el csped que una vez fue de color verde esmeralda estaba seco y amarillento a causa de la prohibicin del uso de las mangueras debido a la sequa. Privados de sus usuales lavados de coche y de el riegue del csped, los habitantes de Privet Drive se haban retirado a la sombra sus frescas casas, cuyas ventanas estaban abiertas de par en par con la esperanza de tentar una brisa inexistente. La nica persona que permaneca en el exterior era un adolescente recostado sobre una mata de flores, en la entrada del nmero 4.

l era flaco, de pelo negro. Un chico con gafas que tena un aspecto pellizcado, ligeramente insano, el aspecto de alguien que ha crecido mucho en un corto espacio de tiempo. Sus pantalones vaqueros estaban desgarrados y sucios, su camiseta floja y descolorida,

y

las

suelas

de

sus

zapatillas

estaban

descascarilladas. La apariencia de Harry Potter no cautivaba a los vecinos, quienes eran la clase de personas que se creen que la gente desaliada debe ser punible por la ley, pero como aquella tarde se escondi tras una gran mata de hortensias, resultaba poco visible a los transentes. De hecho, la nica forma por la cul sera descubierto era si to Vernon o ta Petunia pegaban sus cabezas en la ventana de la sala de estar y miraban a la mata de flores.

2

Harry pens que era buena idea el hecho de esconderse ah. Tal vez no estuviera cmodo tumbado en el clido y duro suelo, pero, por otra parte, nadie le miraba de malas maneras, haciendo rechinar sus dientes tan alto que no poda escuchar las noticias, o hacindole preguntas obscenas, como le ocurra cada vez que intentaba sentarse en el sof de la sala de estar para ver la televisin con sus tos.

Casi como si este pensamiento hubiese revoloteado a travs de la ventana abierta, Vernon Dursley, el to de Harry, habl de repente:

- Me alegra ver que el chico ha parado de meterse por medio.

Dnde est, de todos modos?

- No lo s - dijo ta Petunia -. No est en casa.

To Vernon dijo gruendo:

- Mirando las noticias... - dijo mordazmente -. Me gustara saber qu se trae entre manos. Como si a un chico normal le importaran las noticias - Dudley no tiene ni idea acerca de lo que se cuenta en las noticias; dudo si sabe quin es el Primer Ministro! De todas formas no debe haber nada de sus noticias en nuestras noticias.

- Vernon, shh! - dijo Ta Petunia- La ventana est abierta!

- OH, s, perdn, cario.

Los Dursley se quedaron en silencio. Harry escuch un anuncio de cereales Fruti 'n' Bran mientras observaba a la seora Figg, una rara anciana amante de los gatos procedente de la cercana Wisteria Walk. Ella frunca el ceo y murmuraba para s misma.

Harry se alegr de estar oculto por el arbusto, ya que ltimamente la seora Figg le ofreca t cada vez que se encontraban por la calle. Doblo en la esquina y desapareci de vista justo antes de que la voz de to Vernon flotara otra vez fuera de la ventana:

- Dudders ha ido a tomar el t?

- Al Polkisses - dijo ta Petunia cariosamente -. Tiene tantos amigos y es tan popular...

3

Harry suprimi una carcajada con dificultad. Los Dursley siempre fueron asombrosamente estpidos en cuanto a lo que su hijo Dudley se refiere. Se tragaron todas sus mentiras acerca de que se iba a tomar t cada noche con los miembros de su banda.

Pero Harry saba perfectamente que Dudley no se iba a tomar t a ningn lado; l y su pandilla se pasaban cada tarde haciendo gamberradas en el parque, fumando en las esquinas de las calles y lanzando piedras a los coches que pasaban y a los nios. Harry los haba visto durante sus paseos por Little Whinging; haba estado la mayor parte del tiempo deambulando por las calles, buscando peridicos en los contenedores de basura dispuestos a lo largo de su recorrido.

La msica de apertura que anunciaba el comienzo del telediario de las 7 de la tarde alcanz los odos de Harry, y su estmago reson. Tal vez aquella noche - tras un mes de espera - sera la noche.

- Record de veraneantes llena los aeropuertos de Espaa, la huelga de los controladores de equipaje se halla en su segunda semana.

- Tomndose una larga siesta, es lo que yo hara - gruo to Vernon tras or la frase del locutor, pero eso no importaba: fuera, en la mata de flores, el estmago de Harry pareci aflojarse. Si algo haba ocurrido, seguramente habra sido la primer noticia; la muerte y la destruccin eran ms importantes que unos viajeros parados.

Profiri una larga y lenta exhalacin y se fij en el brillante cielo azul. Cada da de aquel verano haba sido lo mismo: la tensin, el ansia, el alivio temporal y, despus, la tensin ascendiente otra vez... Y, despus, cada vez ms insistente, la pregunta de por qu todava no ha ocurrido nada.

Continu escuchando, slo en caso de que hubiera algn indicio, no reconocido por los muggles - alguna extraa desaparicin, quiz, o algn accidente extrao... Pero tras la noticia de la huelga de los controladores de equipaje, la sigui una sobre la sequa en el sureste ("Espero que est escuchando junto a la 4

puerta!" Bram to Vernon. "l, con sus aspersores encendidos a las tres de la maana!"), despus, un helicptero que casi se estrella en un campo en Surrey; despus, una famosa actriz se divorcia de su marido ("Como s nosotros estuviramos interesados en sus srdidos asuntos", dijo ta Petunia, que haba seguido el caso obsesivamente en cada revista en la cul pudiera poner encima sus huesudas manos).

Harry cerr los ojos ante el resplandeciente cielo de la tarde, al mismo tiempo que el locutor deca, '- Y, finalmente, Bungy el periquito ha encontrado un novedoso mtodo para mantenerse fro este verano. Bungy, que vive en las Cinco Plumas, en Barnsley, ha aprendido a practicar el esqu acutico! Mary Dorkins ha acudido al lugar para saber ms sobre el asunto.'

Harry abri los ojos. Si haban conseguido que un periquito practicara el esqu acutico, no haba nada ms digno de audiencia. Empez a dar vueltas cuidadosamente hacia delante y se puso a cuatro patas, preparado para gatear bajo la ventana.

No se haba movido ni tan siquiera 3 centmetros cuando ocurrieron varias cosas en una rpida sucesin.

Un ruidoso crack hizo eco y rompi el somnoliento silencio como un balazo; un gato sali corriendo como un rayo de debajo de un coche aparcado y desapareci de la vista; un alarido, un bramido y el sonido de la porcelana rota salieron de la ventana de la sala de estar de los Dursley, y, como si fuera la seal que Harry haba estado esperando, dio un brinco al mismo tiempo que sacaba de la pretina de sus pantalones una varita de madera, como si desenfundara una espada - pero antes de poder levantarse por completo, su cabeza choc contra la ventana abierta de los Dursley. El golpe hizo gritar a ta Petunia an ms estrepitosamente.

Harry sinti como si su cabeza se hubiera partido en dos. Con lgrimas en los ojos, se tambale, intentando concentrar la vista en la carretera para descubrir la procedencia del ruido, pero apenas se haba puesto derecho cuando dos grandes manos 5

prpuras le alcanzaron a travs de la ventana y se cerraron firmemente en torno a su cuello.

- Gurdala! - Gru to Vernon en el odo de Harry - Antes de que alguien la vea!

- Sultame! - jade Harry. Estuvieron forcejando durante algunos segundos. Harry tiraba de los dedos como chorizos de su to con su mano izquierda. Con la derecha apretaba con fuerza su varita levantada; entonces, como el dolor de cabeza de Harry caus un particular y repugnante latido, to Vernon ga y solt a Harry como si hubiera recibido un electroshock. Alguna clase de fuerza invisible pareca haber surgido a travs de su sobrino, hacindole imposible de sujetar.