José Carlos Aranda - Inteligencia Natural (Padres educadores) (Spanish Edition)

Jos Carlos Aranda

De verdad se puede lograr que tu hijo sea un genio, un talento superdotado?, me pregunt un amigo en cierta ocasin. S - le respond-, pero t, para qu quieres eso?. Tener hijos superdotados est muy bien, pero si pudiera pedir un deseo al genio de la lmpara maravillosa, yo le pedira que mis hijos fueran felices. Y vosotros?

Siempre que se habla de xito en la vida, pensamos en buenos resultados acadmicos, en una buena carrera universitaria y un buen puesto de trabajo. La experiencia, en cambio, nos dice que una carrera no garantiza un buen puesto de trabajo, que hay muchos triunfadores que son unos desgraciados porque cuanto ms tienen, ms necesitan; que hay personas en trabajos humildes que son tremendamente felices; que hay personas sin estudios universitarios que triunfan en los negocios; que hay universitarios con buenos puestos de trabajo que, adems tienen una familia y son felices con sus vidas. Esto ltimo es lo que todos desearamos para nuestros hijos, o no? Yo tambin lo deseaba, sinceramente. Aunque no por el hecho de exhibir un ttulo, sino por lo que esos ttulos significan en s: han sido capaces de proponerse una meta y arbitrar los medios para lograrla. El ttulo significa capacidad de sacrificio, constancia, amor al trabajo, conocimiento de las reglas sociales, respeto a los dems... Y significa tambin que se sienta un triunfador en esa etapa de su vida y eso es un buen comienzo. Pero no lo es todo, es simplemente eso, un buen comienzo. Si educamos para que sepan estudiar, tendremos buenos estudiantes; pero si educamos para que sean personas, tendremos seres capaces de ser felices y, adems, de sacar buenas notas.

No necesitamos ser genios, es ms, ni siquiera es lo ms importante para lograr ser feliz en la vida. As, de pronto, se me ocurre que tambin es importante: saber hablar y sonrer, saber escuchar mirando a los ojos, saber rerte de ti mismo cuando descubres un atisbo de celos o de envidia en tu interior, saber aceptar y superar las frustraciones y el no como respuesta, saber dar un abrazo, un beso, saber consolar o animar, saber ser amigo de tus amigos, saber ser honesto, saber perdonar, saber recibir, saber lo que es el altruismo y la necesidad, saber valerse por s mismo, saber lo que es la gratitud, saber vencer la timidez para acercarse a esa chica o a ese chico, saber dominar el arrojo para no caer en la imprudencia, saber proyectar la reaccin de quien nos escucha, saber calibrar el momento, saberse como uno es, saber aceptar las propias limitaciones sin que ello nos limite, saber controlar las emociones, saber amar, saber interpretar las intenciones ms all de las palabras, saber darle un sentido a tu vida, saber que no ests solo, saber que t necesitas y eres necesitado... Y me detengo aqu para no acabar el libro antes de empezarlo.

Y, sin embargo, los padres asociamos xito escolar con la promesa de un futuro maravilloso. Y, en parte, as es. Pero no somos seres simples, sino seres complejos. Sentimos emociones, las emociones impulsan nuestros actos, estamos en contacto con una sociedad con la que interactuamos permanentemente, y todo cuenta: Pedro, por qu has hecho eso? - pregunta la madre indignada viendo cmo Pedro le ha quitado las ceras a Mara - Porque quiero! - responde Pedro-. Y la madre se enfada porque considera que la respuesta es una impertinencia. Sin embargo, el nio ha dicho la verdad, porque no hay mayor verdad que el hecho de que nuestros actos, sean buenos o malos, obedecen a una decisin de la voluntad. Habr que ensearle a Pedro que no puede hacer siempre lo que quiere, que es muy importante controlar sus impulsos, que si enfada a Mara no querr jugar con l, que si responde as a mam lograr que tambin se enfade, que en ambos casos el nico perjudicado es l. Y eso, el ensear a reconocer las emocio nes y encauzarlas adecuadamente para que acten a nuestro favor y no en nuestra contra, cranme, es ms importante que el aprobar el prximo examen de Matemticas. Si no educa el control de sus impulsos y su forma de dirigirse a un adulto, tendr problemas con los compaeros y tendr problemas con los profesores, se ver marginado o ejercer de matn, la maestra centrar su atencin en otros alumnos ms gratificantes, lo que incidir en una mayor desmotivacin de Pedro... Estoy exagerando?

Me gustara que pensramos ahora en un coche cualquiera. Estamos tan preocupados por ponerle debajo del cap el motor ms potente posible, que nos olvidamos de que para ir a cualquier parte necesitar adems unas ruedas que lo pongan en contacto con el mundo real, una suspensin que absorba las vibraciones entre el mundo real y el vehculo, un volante para controlar la direccin necesaria en cada momento y un sistema elctrico que transmita las rdenes y, lo ms importante, unos buenos frenos que nos permitan detenernos cuando queramos. Y todos sabemos que de nada nos servir el mejor motor si el coche no tiene ruedas, o no tiene direccin, o le falla cualquiera de los otros elementos que posibilitan no solo el movimiento, sino el movimiento controlado para llegar al destino elegido con las mayores garantas de xito. Pero, sobre todo y muy especialmente, para que el automvil cobre sentido, necesita un conductor, alguien con voluntad de ir a alguna parte, marcar un destino, y con capacidad para manejar el vehculo. Sin ese conductor, el mejor coche del mundo no deja de ser un montn de hierro intil. Parece mentira lo que se parece un coche a una persona! Tambin nosotros necesitamos una motivacin, un punto de llegada, necesitamos un buen cerebro que nos brinde las capacidades necesarias para desarrollar el esfuerzo, pero que tambin sea capaz de soar un destino, que gestione adecuadamente nuestros sentimientos para que nos impulsen, nos acompaen en ese viaje, y tambin necesitamos voluntad para ser constantes y mantener la velocidad de crucero hasta llegar al destino.

Y lo ms interesante es que todo ello est en nuestro cerebro desde antes de nacer, forma parte de nuestra inteligencia natural. El ser humano est dotado de algo tan maravilloso como la capacidad de aprender y la capacidad de adaptarse al medio. Y esas capacidades pueden o no desarrollarse, o hacerlo en un mayor o menor grado segn los factores medioambientales. Y los factores medioambientales clave determinarn los estmulos y las limitaciones, la autoestima o la inseguridad, el miedo o la confianza, la curiosidad o la apata... En definitiva, forjarn sobre la base gentica la personalidad del individuo que determinar su talento para triunfar en la vida. Hablamos de educar para sacar el mximo provecho de las capacidades con las que nos ha regalado a todos la naturaleza. Abordaremos la tarea de educar desde los aspectos humanos que son clave para lograr el ptimo desarrollo de la personalidad, para lograr personas capaces de ser felices, de triunfar en la vida. Lo que os vamos a proponer es que, adems de cuidar el desarrollo de la inteligencia a travs del estudio, las clases y el colegio, atendamos al desarrollo de la inteligencia emocional, ensear a conocer y controlar las emociones; que atendamos en la educacin al desarrollo de las habilidades sociales que permitan sacar el mximo partido a sus capacidades; y que atendamos a la adquisicin de un buen sistema de valores morales que doten de sentido la vida. Y educar as es posible.