EL ENEMIGO DEL PUEBLO . Copyright 2019 por Jim Acosta. Todos los derechos reservados estn bajo las Convenciones Internacionales y Panamericanas del Derecho del Autor. Al pagar las tarifas requeridas, se le ha otorgado el derecho no exclusivo e intransferible de acceder y leer el texto de este libro electrnico en pantalla. Ninguna parte de este texto se puede reproducir, transmitir, descargar, descompilar, realizar en ingeniera inversa, o almacenar o introducir en ningn sistema de almacenamiento y recuperacin de informacin, de ninguna forma ni por ningn medio, ya sea electrnico o mecnico, ahora conocido o inventado a continuacin, sin el permiso expreso por escrito de los libros electrnicos de HarperCollins.
Ttulo original The Enemy of the People en Nueva York en 2019 por Harper Collins Publishers.
PRIMERA EDICIN
Jefe de edicin: Edward Bentez
Traduccin: Carlos Ramos Malav
Se han solicitado los registros de catalogacin en publicacin de la Biblioteca del Congreso.
Edicin digital SEPTIEMBRE 2019 ISBN: 978-0-06-298164-6
Versin 09272019
Impresin ISBN: 978-0-06-298163-9
Para H.O.P.
Contenido
Noticia de ltima hora de la CNN...
Estaba sentado en un avin pocos minutos despus de despegar cuando la noticia apareci en las pantallas de televisin de la cabina. Era la maana del 25 de octubre de 2018 y yo haba despegado del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington para volar a San Francisco, donde dara un discurso en la Universidad Estatal de San Jos sobre el estado de la prensa bajo el mandato del presidente Donald J. Trump y aceptara un premio del programa de Periodismo de la facultad. Tena planeado utilizar las horas de vuelo para trabajar en mi discurso, pero de pronto me qued pegado a la pantalla de televisin que tena delante.
El Departamento de Polica de Nueva York tena unidades rodeando el Time Warner Center en Columbus Circle, justo delante del Central Park. Las oficinas centrales de la CNN estaban siendo evacuadas tras haber descubierto un paquete sospechoso en la sala de correo del edificio. Haban enviado una bomba casera a la CNN en Nueva York, pero su objetivo era el antiguo director de la CIA, John Brennan, un crtico habitual de Trump. El artefacto era similar a las bombas enviadas a los adversarios demcratas de Trump, incluido el expresidente Barack Obama y la rival de Trump en las elecciones de 2016, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.
Pens que era previsible que, tarde o temprano, se produjera algn acto de violencia.
Tema que llegara el da en el que la retrica del presidente llevara a uno de sus seguidores a herir o incluso a asesinar a un periodista. Y, cuando sucediera, Estados Unidos experimentara un cambio radical, pasara a formar parte de la lista de pases de todo el mundo donde los periodistas ya no estaban a salvo por contar la verdad. Quiz esa era ya est aqu, una poca peligrosa para contar la verdad en Estados Unidos.
Estaba claro que yo no poda hacer nada desde donde me encontraba, atrapado en mi asiento al inicio de un vuelo de cinco horas hacia el norte de California. Lo nico que poda hacer era contemplar las imgenes de terrorismo domstico que se reproducan en la diminuta pantalla situada frente a m.
S, para un periodista hay pocas cosas peores que perderse una gran historia como esta. Pero el miedo a perdrmelo no era la emocin que senta en aquel momento. Estaba enfadado. Muy, muy enfadado. Se trataba de un ataque terrorista a mi empresa informativa y, sin duda, a la prensa libre estadounidense.
Desde la poca anterior a la designacin de la candidatura en Iowa en 2016, haba cubierto el inimaginable ascenso de Trump al poder y su tumultuoso mandato. Mis cmaras, productores y yo hicimos la cobertura a los mtines en los que Trump demonizaba a la prensa, donde nos llamaba asquerosos y deshonestos, antes de que pasara al siguiente nivel y, durante una rueda de prensa celebrada antes de jurar el cargo, calificara a mi cadena y a m de fake news, o noticias falsas. Nos toc escuchar acusaciones como la CNN es una mierda de la boca de su multitud de seguidores, los vimos sacarnos el dedo y los omos llamarnos traidores y escoria. Y, por supuesto, cmo olvidar que el presidente de Estados Unidos dijo que ramos el enemigo del pueblo?
De camino a California, hice pedazos el discurso original que tena previsto para la Universidad de San Jos y empec de cero. Haba decidido que los estudiantes se enteraran de la verdad sin adornos de lo que haba tenido que presenciar durante el tiempo que haba pasado cubriendo las noticias de Trump. Como cont ms tarde ante la multitud, tema que el presidente estuviera poniendo en peligro nuestras vidas. Pero no era el momento de echarse atrs. La verdad, les dije, era ms importante que un presidente que se comportaba como un abusador. Estbamos luchando por la verdad y el riesgo era elevado.
A lo largo de la carrera de Trump hacia la Casa Blanca y durante sus dos primeros aos de mandato, he estado escribiendo ancdotas, recopilando citas de diversas fuentes, escuchando historias de ayudantes y socios de Trump, pasados y presentes, y acumulando reflexiones sobre la que, sin duda, es la noticia poltica ms importante de mi vida. En muchos aspectos, he estado preparndome para contar esta historia desde que supe que quera ser periodista.
Habiendo crecido en la zona de D.C., llevo la poltica en la sangre. Todas las maanas dejaban el Washington Post en nuestra casa. Mis padres eran obreros, pero mi madre lea el Post de cabo a rabo todos los das. Mi padre trabajaba en supermercados locales y volva a casa relatando que haba conocido a gente como Dick Gephardt, antiguo congresista de Misuri y candidato demcrata a las presidenciales. En cuanto a m, fui a la escuela secundaria con la hija del senador de Estados Unidos Trent Lott. Eugene Dwyer, el padre de mi mejor amigo, Robert, trabajaba en el Departamento de Estado.
Al contrario de muchos de los periodistas jvenes de hoy en da, yo segu el camino tradicional. Empec trabajando en los informativos locales y en las cadenas de televisin por cable. Con los aos, acab trabajando en todas partes, desde D.C. hasta Knoxville, pasando por Dallas y Chicago, aprend de algunos grandes periodistas y cubr todo tipo de noticias. En los informativos locales, andaba siempre de aqu para all, yendo del consistorio a los juzgados o a la comisara de polica. As fue como empec a cultivar fuentes, a generar exclusivas y, sobre todo, a informar de la mejor manera posible, con precisin y honestidad.
Finalmente, CBS News me ofreci la oportunidad de mi vida: trabajar para gente como Dan Rather y Bob Schieffer. Cubr la guerra de Irak, el huracn Katrina y la campaa presidencial de John Kerry. Fue una transicin asombrosa para m que me abri un mundo de posibilidades, pero fue la CNN la que me dio el trabajo que siempre haba deseado, como reportero poltico. En 2008, cubr la pica batalla entre Barack Obama y Hillary Clinton. En 2010, me hice un hueco informando sobre el ascenso del Tea Party (una labor que me preparara para sobrevivir a los mtines de Trump algunos aos despus). Y, dos aos ms tarde, la cadena me envi a cubrir la campaa presidencial fallida de Mitt Romney.
Tras la derrota de Romney, la CNN me traslad a la Casa Blanca para cubrir el segundo mandato de Obama. Obama sin drama, como era conocido, experiment muchos dramas durante sus ltimos cuatro aos en el cargo. El ataque de Bengasi, la desafortunada presentacin de la pgina web de Obamacare, el ascenso del ISIS y el escndalo en el Departamento de Asuntos de Veteranos fueron desafos muy serios que preocuparon a Obama y daaron su legado como el presidente que detuvo una segunda Gran Depresin y orden la misin de acabar con Osama bin Laden. Result que muchas de las noticias que nos mantuvieron ocupados durante el segundo mandato de Obama, como el ISIS y la incapacidad del presidente para aprobar la reforma de inmigracin, constituiran algunos de los temas que Trump llevara consigo hasta el Despacho Oval.
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