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Los trabajos y las noches
(1965)
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I.
T eliges el lugar de la herida en donde hablamos nuestro silencio. T haces de mi vida esta ceremonia demasiado pura.
En la noche a tu lado las palabras son claves, son llaves. El deseo de morir es rey.
Que tu cuerpo sea siempre un amado espacio de revelaciones.
Recibe este rostro mo, mudo, mendigo. Recibe este amor que te pido. Recibe lo que hay en m que eres t.
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una flor no lejos de la noche mi cuerpo mudo se abre a la delicada urgencia del roco
Cuando me miras mis ojos son llaves, el muro tiene secretos, mi temor palabras, poemas.
una flor no lejos de la noche mi cuerpo mudo se abre a la delicada urgencia del roco
Cuando me miras mis ojos son llaves, el muro tiene secretos, mi temor palabras, poemas.
Slo t haces de mi memoria una viajera fascinada, un fuego incesante.
T haces el silencio de las lilas que aletean en mi tragedia del viento en el corazn. T hiciste de mi vida un cuento para nios en donde naufragios y muertes son pretextos de ceremonias adorables.
tu voz en este no poder salirse las cosas de mi mirada ellas me desposeen hacen de m un barco sobre un ro de piedras si no es tu voz lluvia sola en mi silencio de fiebres t me desatas los ojos y por favor que me hables siempre
Alguien entra en el silencio y me abandona. Ahora la soledad no est sola. T hablas como la noche.
Te anuncias como la sed.
De aqu parti en la negra noche y su cuerpo hubo de morar en este cuarto en donde sollozos, pasos peligrosos de quien no viene, pero hay su presencia amarrada a este lecho en donde sollozos porque un rostro llama, engarzado en lo oscuro, piedra preciosa.
Emboscado en mi escritura cantas en mi poema. Rehn de tu dulce voz petrificada en mi memoria. Pjaro asido a su fuga. Aire tatuado por un ausente.
Reloj que late conmigo para que nunca despierte.
en la otra orilla de la noche el amor es posible llvame llvame entre las dulces sustancias que mueren cada da en tu memoria
Antes fue una luz en mi lenguaje nacido a pocos pasos del amor. Noche abierta. Noche presencia.
Cuando s venga mis ojos brillarn de la luz de quien yo lloro mas ahora alienta un rumor de fuga en el corazn de toda cosa.
Mata su luz un fuego abandonado.
Mata su luz un fuego abandonado.
Sube su canto un pjaro enamorado. Tantas criaturas vidas en mi silencio y esta pequea lluvia que me acompaa.
para reconocer en la sed mi emblema para significar el nico sueo para no sustentarme nunca de nuevo en el amor he sido toda ofrenda un puro errar de loba en el bosque en la noche de los cuerpos para decir la palabra inocente
si yo me atrevo a mirar y a decir es por su sombra unida tan suave a mi nombre all lejos en la lluvia en mi memoria por su rostro que ardiendo en mi poema dispersa hermosamente un perfume a amado rostro desaparecido
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II.
extraa que fui cuando vecina de lejanas luces atesoraba palabras muy puras para crear nuevos silencios
Hora en que la yerba crece en la memoria del caballo. El viento pronuncia discursos ingenuos en honor de las lilas, y alguien entra en la muerte con los ojos abiertos como Alicia en el pas de lo ya visto.
A Eva Durrell bosque musical los pjaros dibujaban en mis ojos pequeas jaulas
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III.
A Cristina Campo Son mis voces cantando para que no canten ellos, los amordazados grismente en el alba, los vestidos de pjaro desolado en la lluvia. Hay, en la espera, un rumor a lila rompindose.
Y hay, cuando viene el da, una particin del sol en pequeos soles negros. Y cuando es de noche, siempre, una tribu de palabras mutiladas busca asilo en mi garganta, para que no canten ellos, los funestos, los dueos del silencio.
Desnudo soando una noche solar. He yacido das animales. El viento y la lluvia me borraron como a un fuego, como a un poema escrito en un muro.
Dama pequesima moradora en el corazn de un pjaro sale al alba a pronunciar una slaba NO
Espacio.
Gran espera. Nadie viene. Esta sombra. Darle lo que todos: significaciones sombras, no asombradas. Espacio. Silencio ardiente.
Qu se dan entre s las sombras?
un lugar no digo un espacio hablo de qu hablo de lo que no es hablo de lo que conozco no el tiempo slo todos los instantes no el amor no s no un lugar de ausencia un hilo de miserable unin
no me entregues, tristsima medianoche, al impuro medioda blanco
A Antonio Porchia an no es ahora ahora es nunca an no es ahora ahora y siempre es nunca
La muerte siempre al lado. Escucho su decir. Slo me oigo.
....canta, lastimada ma
Cervantes aunque es tarde, es noche, y t no puedes. Canta como si no pasara nada.
Nunca de nuevo la esperanza en un ir y venir de nombres, de figuras.
Nunca de nuevo la esperanza en un ir y venir de nombres, de figuras.
Alguien so muy mal, alguien consumi por error las distancias olvidadas.
He desplegado mi orfandad sobre la mesa, como un mapa. Dibuj el itinerario hacia mi lugar al viento. Los que llegan no me encuentran. Los que espero no existen.
Alguien mide sollozando la extensin del alba.
Alguien mide sollozando la extensin del alba.
Alguien apuala la almohada en busca de su imposible lugar de reposo.
Si te atreves a sorprender la verdad de esta vieja pared; y sus fisuras, desgarraduras, formando rostros, esfinges, manos, clepsidras, seguramente vendr una presencia para tu sed, probablemente partir esta ausencia que te bebe.
que es fro es verde que tambin se mueve llama jadea grazna es halo es hielo hilos vibran tiemblan hilos es verde estoy muriendo es muro es mero muro es mudo mira muere
En la medianoche vienen los vigas infantiles y vienen las sombras que ya tienen nombre y vienen los perdonadores de lo que cometieron mil rostros mos en la nfima desgarradura de cada jornada.
Insiste en tu abrazo, redobla tu furia, crea un espacio de injurias entre yo y el espejo, crea un canto de leprosa entre yo y la que me creo.
Aunque la voz (su olvido volcndome nufragas que son yo) oficia en un jardn petrificado recuerdo con todas mis vidas por qu olvido.
Un abandono en suspenso.
Nadie es visible sobre la tierra. Slo la msica de la sangre asegura residencia en un lugar tan abierto.
no s si pjaro o jaula mano asesina o joven muerta entre cirios o amazona jadeando en la gran garganta oscura o silenciosa pero tal vez oral como una fuente tal vez juglar o princesa en la torre ms alta
El viento me haba comido parte de la cara y las manos. Me llamaban ngel harapiento. Yo esperaba.