Alfredo Abad Domingo - Familias digitales (Hacer Familia) (Spanish Edition)

Alfredo Abad Domingo

FAMILIAS
DIGITALES

Claves y consejos
para una sociedad en red.

Coleccin: Hacer Familia

Director de la coleccin: Ricardo Regidor

Alfredo Abad Domingo, 2015

Ediciones Palabra, S.A. 2015

Paseo de la Castellana, 210 - 28046 MADRID (Espaa)

Telf.: (34) 91 350 77 20 - (34) 91 350 77 39

www.palabra.es

Diseo de cubierta: Ral Ostos

Diseo de ePub: Erick Castillo Avila

ISBN: 978-84-9061-215-6

Internet se ha hecho cultura.

De modo habitual la ciencia se integra en el quehacer humano a travs de la tcnica.

Cuando se comienza a implantar una nueva tecnologa, su novedad influye extraordinariamente en su difusin; el ritmo de implantacin suele ser moderado, y el coste de uso, elevado.

Despus de un cierto tiempo, surgen procesos de innovacin, la tcnica comienza a popularizarse, los fabricantes pueden bajar sus precios, y todo ello redunda en una realimentacin positiva de implantacin tecnolgica. Si, adems, esa tecnologa es asumida por las distintas reas de la actividad humana, consigue despegarse de la ciencia de la que procede y se hace cultura. Esto es lo que ha pasado con las TIC, Tecnologas de la Informacin y Comunicacin, y de manera mucho ms evidente con Internet.

Internet ha ido modificando nuestra manera de realizar ciertas actividades, antes manuales y ahora tecnolgicas, antes analgicas y ahora digitales; es decir, ha cambiado nuestra forma de vivir y nuestra cultura.

Cuando cambiamos el estilo de vida es porque la vida nos permite el cambio de estilo. Pero un nuevo modo de vida tiene implicaciones importantes en todos los aspectos: fsicos, profesionales, sociales, econmicos y morales. Por esta razn, es necesario tratar las nuevas tecnologas desde una perspectiva multidisciplinar, que es lo que pretendemos en este libro.

Internet no es sinnimo de peligro, como tampoco lo es de xito. No podemos demonizar la tecnologa cualquiera que sea por su novedad, como tampoco podemos bendecirla por esa misma razn. Sin embargo, no es difcil encontrarse con personas que ultrajan la tecnologa por lo que tiene de novedoso, manifestando as una irracionalidad de la que probablemente no son conscientes.

Parece que lo adecuado es adoptar una actitud integradora. Incorporar la tecnologa al propio acervo cultural incrementar nuestras posibilidades de interaccin social y ello nos abrir nuevas oportunidades para hacer el bien.

En la comunicacin, nuestra capacidad de atencin se incrementa cuando ponemos en juego ms sentidos. Ya el psiclogo Edgar Dale explic esta potencialidad del ser humano en su famoso cono del aprendizaje. Aprendemos ms si leemos y escuchamos que si solo escuchamos; el aprendizaje crece si aadimos elementos visuales, y an ms si quien aprende pone en prctica lo aprendido o lo ensea a otros.

El poder cautivador que tiene sobre un nio una imagen en movimiento es sorprendente. Lo mismo podemos decir de la intensa atencin que pone un videojugador en la partida que ha iniciado: no habr nada que le distraiga, y posiblemente ser incapaz de abandonarla aunque otros asuntos ms importantes reclamen su atencin. Si somos capaces de poner orden y control en estas apetencias, estaremos en disposicin de aprovechar esos medios para obtener nuevos y mejores resultados.

El aprendizaje a travs de las nuevas tecnologas pone en marcha la lectura de textos, la visin de imagen y vdeo, la audicin de sonido, la interaccin con el dispositivo de aprendizaje y la relacin social con otros agentes, por eso tiene esa irresistible capacidad de acaparar nuestra atencin. Y de crear adicciones. Sin embargo, tambin presenta nuevos retos al aprendizaje y a la mejora de la productividad de nuestros procesos, oportunidades que no podemos desperdiciar ni despreciar.

El lector puede enfrentarse al contenido de esta obra en dos niveles: uno bsico, ms tcnico o utilitarista; y otro ms profundo o reposado, que le conducir a una fundamentacin intelectual y moral.

Antes de dar el texto a la imprenta incorpor las modificaciones sugeridas por profesionales de la educacin, de la orientacin familiar, de la psicologa y por diversos agentes sociales, que pusieron a prueba este libro desde el punto de vista de sus profesiones, y a quienes agradezco su ayuda: Fernando, Mamen, Javier, Aida y otros que prefieren pasar inadvertidos, pero que mucho me ayudaron, en especial Toms T, quien se encarg de una primera revisin a fondo. Y, como viene siendo costumbre en mis libros, dedico estos prrafos a mis padres, de quienes todo lo he recibido.

Es posible que pienses que la tecnologa relacionada con Internet no va contigo; aunque no eres tecnfobo, tampoco eres tecnfilo. Quiz los servicios proporcionados por Internet sean de algn modo laterales a tu quehacer vital. Si piensas as, este libro no solo es recomendable para ti, sino que adems te hace falta, porque no te has dado cuenta todava de que Internet, entre nosotros, se ha hecho cultura, y no se puede trabajar en la sociedad desde una posicin de desarraigo cultural. Si vives en esta sociedad, Internet, quieras o no, te afecta. Es decir, esto s va contigo.

Internet se ha convertido
en parte del sustrato cultural
en el que arraigan todos
los individuos de la sociedad.

Hay personas que no se plantean esta cuestin; es ms, ni siquiera son conscientes de la importancia que la tecnologa o Internet revisten para su propio quehacer. La tecnologa forma parte de sus vidas como un elemento ms; en algunos casos, como un elemento estructural de otras actividades. Y adems no han tenido que hacer ningn esfuerzo para conseguirlo, porque siempre lo han experimentado as: son los llamados nativos digitales. En nuestra sociedad, casi todos los adolescentes, y an ms los nios, son nativos digitales: con gran facilidad, programan el mando remoto del televisor, conocen e instalan aplicaciones en los telfonos mviles inteligentes (smartphones), juegan en red con otros conocidos o desconocidos mediante sus tabletas digitales, etc.

En un segundo estadio estn las personas que utilizan con soltura la tecnologa, pero que han conocido otros tiempos, es decir, otras formas de hacer o de relacionarse: se trata de los inmigrantes digitales. Saben aprovechar la tecnologa, incluso pueden sufrir serias dependencias de ella, pero han experimentado que en sus vidas hay ms posibilidades que las meramente tecnolgicas.

En tercer lugar, hay que mencionar a las personas pocas, cada vez menos que no tienen relacin con la tecnologa porque los procesos tecnolgicos les superan (analfabetismo digital) o porque piensan que en el camino que conduce al destino de sus vidas nunca se cruzarn con la tecnologa. Este grupo se nutre de algunas personas mayores con dificultades cognitivas o relacionales, y de personas que no encontraron la oportunidad de tener un contacto enriquecedor con la tecnologa.

Antes de detallar las caractersticas de cada grupo, debemos justificar por qu nos detenemos en este estudio. La razn es sencilla: debemos conocer cmo es el comportamiento de las personas de cada uno de los grupos para argumentar con mayor propiedad cules son sus riesgos y sus potencialidades.