Gerardo Castillo Ceballos - Tus hijos adolescentes (Hacer Familia) (Spanish Edition)

Coleccin: Hacer Familia

Director de la coleccin: Fernando Corominas

Gerardo Castillo, 1992

Ediciones Palabra, S.A., 2012

Paseo de la Castellana, 210 - 28046 MADRID (Espaa)

Telf.: (34) 91 350 77 20 - (34) 91 350 77 39

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Diseo de cubierta: Marta Tapias

Fotografa de portada: Ingimage

ISBN eBook: 978-84-9840-657-3

ePub: Publidisa

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No es fcil ser un buen padre. No es sencillo educar bien a los hijos. Educar requiere saber conocer, saber comprender, saber estimular y saber exigir a las personas, una a una. Por ello las ayudas educativas que necesitan y esperan los hijos en la familia exigen preparacin seria de los padres. Para ser buen padre no basta el sentido comn, la experiencia y la gracia de estado (aun cuando estas tres cosas son muy importantes).

Educar suele ser an ms difcil cuando los hijos llegan a la adolescencia.

Al nio le interesa todo y tiene mucho afn de aprender y mejorar; al adolescente le interesan pocas cosas y tiene poca actitud de superacin personal.

El nio confa en sus padres y acepta su ayuda; el adolescente es rebelde y rechaza las ayudas que se le ofrecen en casa, para confiar ciegamente en sus amigos.

Este cambio de actitud de los hijos en la etapa adolescente suele originar desconcierto y nerviosismo en los padres. Los padres no entienden cmo un nio obediente, carioso, responsable y estudioso, se transforma, en poco tiempo, en todo lo contrario. Tampoco entienden por qu el hijo cambia de pronto la casa por la calle y los padres por los amigos.

Los padres necesitan ayuda para descubrir el sentido de la adolescencia. Deben saber a tiempo que la etapa adolescente con sus rebeldas, su pereza y sus malos modales es una etapa necesaria para llegar a la madurez adulta.

Los padres necesitan la ayuda de la orientacin familiar para saber aprovechar las nuevas posibilidades de sus hijos con respecto a la mejora personal. Detrs de la rebelda y del espritu crtico est el afn de pensar y actuar por s mismo; detrs de la huida de casa para refugiarse en los amigos est el descubrimiento del valor amistad.

Los problemas actuales ms preocupantes de la adolescencia no son, en mi opinin, los que se relacionan con rasgos tpicos de esta edad (carcter irritable, inseguridad, deseo de independencia, etctera), sino los que surgen de un modo artificial, como consecuencia de actitudes negativas de algunos padres y de malas influencias del ambiente.

Importa mucho, por tanto, que los padres sepan sintonizar con sus hijos adolescentes, evitando as conflictos innecesarios. Importa tambin que los padres conozcan bien el mundo extrafamiliar de su hijo (lecturas, diversiones, amistades, etc.).

Dado que los hijos adolescentes tienen actualmente tendencia a la evasin de la vida familiar, los padres deben favorecer su integracin en la familia. Este objetivo se podra expresar de este modo:

Hacer compatible una razonable autonoma de los hijos con el cumplimiento de sus responsabilidades dentro de la familia.

Este libro ofrece a los padres de hijos adolescentes las ayudas a las que me acabo de referir.

En la primera parte se explica qu sentido tiene la adolescencia y cules son sus posibilidades para la mejora personal de los hijos.

En la segunda parte se proponen soluciones para muchos problemas actuales en la educacin de hijos adolescentes.

Estos problemas tienen su origen en determinadas influencias de tipo ideolgico. Son consecuencia, principalmente, del ambiente de subcultura en el que viven muchos adolescentes hoy.

En la tercera parte se sugieren diferentes procedimientos para integrar a los hijos adolescentes en la familia.

La adolescencia es una fase ms del desarrollo del hombre: la que hace posible el paso de la infancia a la edad adulta. Se trata, por ello, de una etapa puente, de un perodo de transicin, entre dos realidades muy diferentes y alejadas entre s. Esta caracterstica transicin explica por s misma la forma de ser en estas edades (se ha dicho, por ejemplo, que el carcter de la adolescencia consiste en no tener ningn carcter). Tambin sirve para comprender que la adolescencia es, ante todo, una poca de maduracin y crecimiento especial (adolescente es el que est creciendo, mientras que adulto es el que ha crecido).

Estamos ante una transicin larga y costosa que implica desarrollo tanto en cantidad como en cualidad: la adolescencia es el comienzo de un crecimiento cualitativo, lo cual vale tanto como decir que es un nacimiento de algo en el hombre... No es nacimiento del hombre, sino nacimiento de algo en el hombre y ese algo no es otra cosa que la propia intimidad .

El nacimiento de la intimidad est ligado al descubrimiento del propio yo. La conciencia infantil, ligada a lo colectivo, es sustituida de forma vacilante, pero continua, por una conciencia personal. El pber descubre que es diferente y tiene, adems, un gran inters en acentuar esa diferencia. Se da as una bsqueda del comportamiento original.

En la medida en que tener personalidad significa haber desarrollado o cultivado lo que cada uno tiene de singular, de propio, la bsqueda del comportamiento original por parte del adolescente supone un despertar de esa personalidad, que se manifiesta en algunas necesidades nuevas: ser yo mismo; valerme por m mismo; estar consigo mismo; poder elegir y decidir, tener xito...

Pero el adolescente concibe estas necesidades sin restricciones ni normas, de una forma extremista. Es celoso de ellas. As, por ejemplo, el afn de libertad se reduce a afn de independencia (poder hacer lo que se desee sin ninguna limitacin y sin tener que responder ante nadie); el deseo de valerse por s mismo se convierte en autosuficiencia, con rechazo de todo tipo de ayudas; la necesidad de xito se traduce en impaciencia (lo quiere todo aqu y ahora; busca nicamente soluciones absolutas y a corto plazo).

Ejercitar o satisfacer tales necesidades no es fcil. Requiere todo un perodo de aprendizaje, de maduracin personal, que permita adaptarse continuamente a nuevas y ms difciles situaciones.

En el inicio de la adolescencia se da, por ello, una notable desproporcin entre las metas que se persiguen y los recursos y experiencias personales necesarios para lograrlas. Es frecuente, en este sentido, que al comparar sus elevados ideales con los pobres resultados obtenidos, el adolescente se desmoralice y tenga sensacin de fracaso.

Aqu tiene su origen el sentimiento de inseguridad, que se desarrolla a medida que los obstculos exteriores se hacen patentes. Por eso, tanto la actitud de autoafirmacin (a veces llevando la contraria a los padres por sistema) como ciertas formas de rebelda, pueden interpretarse como mecanismos de defensa de una personalidad todava insegura, dbil, amenazada.

Tradicionalmente se ha venido considerando la adolescencia como una fase crtica en la vida del hombre. Creo que, efectivamente, la adolescencia es una poca de crisis, pero es necesario aclarar qu sentido estamos dando a esta expresin.