Johari - Los chakras

HARISH JOHARI

LOS CHAKRAS

Centros Energticos de la Transformacin

INNER TRADITIONS

PREFACIO

L OS chakras son centros psquicos del cuerpo que estn en actividad en todo momento, tanto si tenemos conciencia de ellos como si no. La energa recorre los chakras produciendo diferentes estados psquicos. La ciencia biolgica moderna explica esto como los cambios qumicos producidos por las glndulas endocrinas, glndulas sin conductos cuyas secreciones se mezclan con la corriente sangunea del cuerpo de modo directo e instantneo. Los antiguos filsofos de Oriente relacionaban estos cambios con los cincos tattvas bsicos, o los elementos: tierra, agua, fuego, aire y akasha (ter). Estos elementos se mueven constantemente en el interior del cuerpo con los ritmos circadianos. Por eso la antigua ciencia india del yoga pona un gran nfasis en conocer dichos elementos y en actuar de acuerdo con ellos, pues consideraban a los chakras como el campo de juego de los elementos. En la antigua ciencia del svara yoga (el yoga del sonido) se prescriban diversos mtodos para identificar la presencia del tattva en el cuerpo, y controlando esas tcnicas los yoguis pueden programarse para conseguir muchas cosas utilizando la menor cantidad posible de energa. Con la prctica constante del kshata chakra bhedana (visualizacin) y el mantra japa recitados de mantras) pueden acabar por trascender a los tattvas, que dominan los cinco centros bsicos del cuerpoes decir, los cinco primeros chakras, consiguiendo as la conciencia no dual que les libera del mundo ilusorio de maya.

El conocimiento de los chakras puede ser una valiosa clave para la introspeccin. Es posible observarse a uno mismo y ver la energa en movimiento a travs de los diversos centros psquicos. Las prcticas religiosas, como el ayuno, la caridad y el servicio desinteresado hacen que la energa fluya a los centros superiores; se activa la energa dormida enroscada en el chakra muladhara (raz, base), iniciando su ascensin. Cuando el flujo ha llegado a los centros superiores, cambia la actitud total del practicante; repetidamente se hace referencia a esa sensacin con el nombre de nuevo nacimiento. El mantenimiento del flujo ascendente de la energa se convierte entonces en la preocupacin principal de esas personas. La prctica constante y simultnea de la visualizacin y el recitado de mantras ayuda al aspirante a mantener el flujo de energa hacia los centros superiores, llegando as ms all de los tattvas.

La visualizacin requiere unas imgenes apropiadas de los chakras. Hay que utilizar los yantras, imgenes o formas abstractas de los chakras trazadas por artistas visionarios del pasado. Sin embargo, esa herramienta carece de significado sin preceptos, y de modo similar los preceptos sin las herramientas apropiadas no permiten un crecimiento real. Las ilustraciones de este libro ayudan a la mente a retener las imgenesjde los chakras. El colorear los dibujos de un modo sistemtico ayuda tambin a la visualizacin, pues se puede repetir mentalmente la secuencia con la que se ha pintado el color, reconstruyendo as en la mente todo el dibujo. Ello cambiar la pauta de las ondas cerebrales y la estructura psquica. Para conseguir los colores apropiados hay que consultar las ilustraciones a color. En el coloreado hay que seguir el orden siguiente:

1. Los ptalos del chakra.
2. El yantra del chakra.
3. El animal que lleva la bija (semilla, gema).
4. El sonido de la bija.
5. El shakti del chakra.
6. La deidad del chakra.

El mismo orden debe utilizarse en la visualizacin; es decir, al reconstruir mentalmente el dibujo completo del chakra se puede desarrollar la prctica de la visualizacin abstracta, que con el tiempo conducir a una meditacin profunda.

Los dibujos deben colorearse para activar el hemisferio derecho del cerebro; hay que estudiar el texto introductorio para enriquecer la comprensin y activar el hemisferio izquierdo. As se crear un equilibrio entre el cerebro del pensador y el cerebro del artista. La japa de los sonidos semillas (mantras bija) y el cumplimiento de la ley del dharma (lo correcto, el orden) ayudarn al aspirante a conseguir un estado de conciencia superior.

Quisiera expresar mi agradecimiento a Mary Conors por preparar los dibujos de este libro, basndose en pinturas de los chakras que yo haba hecho previamente. Tengo una enorme deuda con mi maestro Shri C. Bal, quien dirigi a Isandeep Johari en la preparacin de las ilustraciones a color, y a Heidi Rauhut por preparar la primera copia del texto revisado de la presente edicin. Tambin quiero expresar mi agradecimiento a Elaine Minto por mecanografiar diversas partes del manuscrito y ayudarme a elaborar algunos de los captulos.

Expreso mi gran agradecimiento a H. H. Shripadji, Ganesh Baba y Acharya Chandrashakhar Shastri por su clarificacin y gua en diversas cuestiones y por haber enriquecido mi conocimiento con sus enseanzas, bendiciones y presencia, que me inspiraron a emprender la tarea.

Las enseanzas de este libro proceden de mi padre, que practicaba el kshata chakra bhedana, y de diferentes escrituras tntricas, los escritos de los santos y diversos textos que representan a los chakras de diversos modos. Para ayudar a entender los antiguos conceptos he aadido muchos dibujos y diagramas con la esperanza de enriquecer el conocimiento del lector, ayudndole a entender la antiqusima tradicin india del tantra en un contexto moderno.

Finalmente, quiero dar las gracias a todos mis amigos y estudiantes, pues sus valiosas sugerencias me han ayudado a preparar este libro, y espero que, a su vez, sea til como manual de los chakras. Los que deseen estudiar ms sobre los planos mencionados en los diferentes chakras, deberan leer mi libro Leela

Harish Johari

Septiembre de 1987

CAPITULO I

PRINCIPIOS DEL TANTRA

D E todos los cuerpos existentes que se expresan por medio de la conducta, el ms evolucionado es el humano. Este es capaz de autoexpresarse y de comprender la verdad que est ms all de la esfera de la percepcin sensoria. Con la ayuda de la memoria, la imaginacin y la intuicin, el organismo humano puede entender y captar las leyes inherentes a la naturaleza y lograr que estas fuerzas, que son misteriosas (vistas con un ojo ordinario), trabajen para su beneficio, crecimiento y desarrollo. Con la sincronizacin perfecta de los ritmos interiores y exteriores, podemos seguir el camino de menor resistencia flotando libremente en el ocano del mundo fenomnico sin ahogarnos. Para ser precisos, el cuerpo humano es el intrumento ms perfecto para la expresin de la conciencia.

La conciencia es la realidad ltima irreductible de la cual, y con cuyo poder, proceden la mente y la materia. La realidad manifestada como mente y materia es simplemente una fraccin de la totalidad, o la realidad infinita. La mente limita la conciencia para que ella misma (la unidad de la conciencia) pueda tener experiencias finitas. Pero en el amplio espectro que va desde los minerales hasta el hombre hay diversos niveles de existencia de la conciencia. En el mundo de los nombres y las formas (en snscrito, nama - rupa) no hay nada absolutamente consciente o absolutamente inconsciente. La conciencia y la inconsciencia estn armoniosamente entretejidas en el mundo fenomnico; y en el hombre, la conciencia existe como autoconciencia, lo que le diferencia de todas las otras formas de conciencia existentes.

Los principales centros de la conciencia de los seres humanos estn localizados en el sistema cerebroespinal y en el cerebro superior. El sistema cerebroespinal es la primera parte del organismo que se desarrolla tras la concepcin. A partir de l se materializa la forma corporal. Este sistema es un gran generador de energa elctrica y tiene una red fantstica de nervios que le sirven de conectores. El cerebro sigue produciendo energa elctrica. Mediante finos nervios, se suministra constantemente esta energa al organismo, proporcionndole la fuerza vital. En la parte posterior y en la base del crneo est el cerebelo: el cerebro mecnico, el rgano de la mente subconsciente. Se le da tambin los nombres de cerebro inferior, cerebro cobra o cerebro del reptil. El cerebro superior es un acontecimiento comparativamente posterior en relacin con el inferior, y est ms abierto al cambio.