Yo bajomundo. Tetraloga sobre el fenmeno de las maras.
Incluye:
Yo pandillero
Primera publicacin en Jonathan no tiene tatuajes. Crnicas de jvenes centroamericanos en la encrucijada, 2009, form parte de un proyecto coordinado por la Coalicin Centroamericana para la Prevencin de la Violencia Juvenil (CCPVJ), y se realiz bajo el auspicio de la oeneg Catholic Organisation for Relief and Development Aid (CORDAID).
2014 Edicin para este eBook, El Faro / Roberto Valencia.
Yo violada
Primera publicacin digital en www.elfaro.net el 24 de Julio de 2011
2014 Edicin para este eBook, El Faro / Roberto Valencia.
Yo torturado
Primera publicacin digital en www.elfaro.net el 9 de abril de 2012
2014 Edicin para este eBook, El Faro / Roberto Valencia.
Yo madre
Primera publicacin digital en www.elfaro.net el 17 de junio de 2013
2014 Edicin para este eBook, El Faro / Roberto Valencia.
Queda prohibida la reproduccin total o parcial de esta obra sin la autorizacin de los titulares del copyright.
Diseo de portada: Carolina Olmedo.
Maquetacin digital: Otto Meza.
Coordinacin editorial: lmer L. Menjvar.
www.elfaro.net
ISBN ebook: En curso.
Queda prohibida la reproduccin total o parcial de esta obra sin la autorizacin de los titulares del copyright.
Yo bajomundo
Por Roberto Valencia
EL FARO
De la serie Yo bajomundo
Tetraloga sobre el fenmeno de las maras.
Yo violada
Por Roberto Valencia
EL FARO
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De la serie Yo bajomundo
Tetraloga sobre el fenmeno de las maras.
Yo torturado
Por Roberto Valencia
EL FARO
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De la serie Yo bajomundo
Tetraloga sobre el fenmeno de las maras.
Yo pandillero
Por Roberto Valencia
EL FARO
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De la serie Yo bajomundo
Tetraloga sobre el fenmeno de las maras.
Yo madre
Por Roberto Valencia
EL FARO
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Prlogo
Ocurre con demasiada frecuencia. A pesar de las cifras espeluznantes, de los cadveres exhibidos con cinismo en los noticieros, a pesar de las residenciales amuralladas y de las casas fortificadas, de la cotidianidad moldeada por la violencia, de los espacios pblicos perdidos, de las incontables renuncias, a pesar incluso de que desde hace aos Naciones Unidas nos exhibe como la regin ms violenta del mundo, a pesar de todo esto... no falta quien desde el primermundismo salvadoreo minimiza o incluso niega que la nuestra sea una sociedad especialmente violenta.
Ocurre con demasiada frecuencia que cuando uno cuenta una historia tejida con el llanto de las vctimas, saltan voces que dicen que no, que muy sensacionalista usted, que violencia en todos los pases hay, que por qu no dedicar el tiempo a relatos de superacin y xito. Una manada de avestruces que desde dentro de sus burbujas recriminan que dirigir el foco a lo que est sucediendo all abajo hacia eso que con cario y respeto yo acostumbro a llamar el bajomundo no hace sino daar la imagen del pas.
Dicen: la violencia no es algo exclusivo de El Salvador. Dicen: aun en los pases desarrollados suceden cosas que da asco contarlas. Dicen: en todas partes suceden cosas parecidas.
Un dato asolador: para igualar la tasa de homicidios que El Salvador cosech en 2013, en Espaa tendran que haber asesinado a ms de 18,000 personas, y asesinaron a 302. Y eso que para nosotros 2013 fue el ao menos violento de la ltima dcada, consecuencia directa de la polmica tregua promovida por el gobierno del expresidente Mauricio Funes entre las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18.
Ocu rre con demasiada frecuencia que los que ms alejados estamos del fenmeno de las maras nos negamos a aceptar lo que hemos construido, nos negamos a vernos como corresponsables.
El libro digital que tiene entre sus manos no aspira a cambiar la naturalidad con la que se convive con la violencia en El Salvador; sera arrogante siquiera pretenderlo. Los que se niegan a mirar no vern. El pas seguir siendo lo que es, una sociedad marcada a fuego por la violencia. El anhelo de este esfuerzo periodstico bautizado Yo bajomundo no es pues corregir u orientar, aleccionar, sino que se vocacin es de registro histrico, como el fotgrafo que llega al campo de batalla y fotografa lo que ya no tiene solucin. Las cuatro crnicas que lo integran son apenas cuatro piezas de un rompecabezas infinito, cuatro estampas que tratan de explicar desde una visin humanista de la investigacin periodstica la que sin duda es la expresin ms aguda del problema de violencia que nos define como sociedad: las maras.
Yo violadaes la historia de una muchacha violada salvajemente por una clica del Barrio 18; una violacin, como tantas otras, que ni siquiera entr a formar parte de los registros oficiales. De esta crnica el periodista estadounidense Jon Lee Anderson escribi esto: Parece ser la metfora ms visceral de una sociedad sofocada, que no logra imponer la autoridad moral, porque no la ampara un Estado de derecho.
Yo torturadode alguna manera retrata la Polica Nacional Civil que tenemos, un cuerpo saturado de elementos para los que el respeto a los derechos humanos es un imposible. Narra la tortura de la que fue objeto un joven por el simple hecho de vivir en un sector de mareros, sin que l tuviera nada que ver con ellos.
Yo pandilleroes la historia de vida de un sdico integrante del Barrio 18. Encarcelado, casado y cerca de convertirse en treintaero, reflexiona sobre la indeseada posibilidad de que su hijastro siga sus pasos.
Por ltimo, Yo madre nos acerca al drama infinito de la madre de un pandillero de la Mara Salvatrucha, una madre que odia a la pandilla tanto como quiere al fruto de su vientre, y que por ese amor est dispuesta a soportar todos los vejmenes con los que el Estado y la sociedad salvadoreas castigan a personas como ella.
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