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aa - La historia comenzó así

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    La historia comenzó así
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La historia comenzó así: summary, description and annotation

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Leyendas de la Troika1

Arkady y Boris Strugatsky

Ttulo original ruso: Skazka o Troike

Traduccin Edith Zilli

Copyright 1977 by Arkady y Boris Strugatsky

IMPRESO EN ARGENTINA PRINTED IN ARGENTINA

Queda hecho el deposito que previene la ley nmero 11.723

EMEC DISTRIBUIDORA S.A.C.I.F. y M. Buenos Aires 1978

1 La presente novela integra el volumen PICNIC EXTRATERRESTRE

1

Leyendas de la Troika

La historia comenz as. Un da, precisamente cuando estaba

atestado de trabajo y sudando tinta por un envo extraviado a nombre de la

Planta Magicotcnica Kitezhgrad, apareci en la oficina mi amigo Edi

Amperian. Como es una persona correcta y bien educada, no se materializ

sin ceremonias en la silla de mimbre de los visitantes, ni irrumpi

desagradablemente a travs de la pared, ni se arroj con violencia por el

travesao abierto, como si fuera un guijarro lanzado con catapulta. Casi

todos mis amigos andan siempre de prisa, atrasados con respecto a algo o

con demora para cualquier otra cosa y siempre se materializan e irrumpen,

o se lanzan por donde sea sin vergenza y a su antojo, evitando los medios

normales de comunicacin. Edi no es como ellos: entr decorosamente por

la puerta. Y hasta llam con los nudillos, aunque abri antes de que yo

tuviera tiempo de contestar. Se par frente a m, me dijo "hola" y pregunt

de inmediato:

Todava necesitas la Caja Negra?

Caja? murmur, perdida an la mente en las mercaderas

extraviadas . Qu quieres que te diga? De qu caja hablas?

Te molesto, verdad? observ cautelosamente el corts de Edi.

Lo siento, pero me envi el patrn. Mira, dentro de una hora

aproximadamente, lanzarn el nuevo sistema de ascensor en su primer

viaje ms all del piso trece. Nos ofrecen un paseo.

Yo tena el cerebro todava saturado por los vapores nocivos de la

jerga inventarial; todo lo que pude decir fue:

No habamos perdido un ascensor en el piso trece de este ao?

Pero entonces los primeros trocitos de la informacin que Edi acababa

de darme me entraron en la materia gris. Dej la lapicera y le ped que

repitiera lo que haba dicho. Mi amigo lo hizo, con mucha paciencia.

En serio? pregunt en un dbil susurro.

Muy en serio.

Vamos respond, sacando del escritorio la carpeta de pedidos.

Adnde?

Cmo adonde? Al piso setenta y seis.

As noms? observ Edi, meneando la cabeza. Antes tenemos

que ir a ver al patrn.

Para qu?

l lo pidi. Hay ciertos problemas con respecto al piso setenta y

siete. El patrn quiere ponernos sobre aviso.

Me encog de hombros, sin discutir. Me puse la chaqueta, saqu de la

carpeta el pedido de Caja Negra, y ambos salimos para ir a ver al patrn de

Edi: Fedor Simeonovich Kivrin, jefe del departamento de Felicidad Lineal.

2

En la plataforma del primer piso, frente a la cabina del ascensor,

reinaba una batahola increble. La puerta del vehculo estaba abierta, as

como la puerta plegadiza. Haba muchas luces encendidas, centelleo de

espejos y fulgor de superficies pulidas. Una multitud de curiosos y de

interesados en viajar se agrupaba sobre el viejo y rado estandarte, que

proclamaba: "Lancemos el ascensor para las vacaciones". Todos

escuchaban cortsmente a Modesto Matveevich Kammoedov, el director

suplente, que pronunciaba un discurso para algunos electricistas del

Departamento de Supervisor de Calefones Solovetsk.

Esto debe terminar exhortaba Modesto Matveevich. Esto es un

ascensor, no un espectroscopio ni un microscopio. El ascensor es un

poderoso medio de locomocin: eso es fundamental. Es tambin un medio

de transporte. El ascensor debe ser como un camin de descarga: lleva al

pasajero, lo deja donde sea y vuelve. se es el primer punto. La

administracin viene notando desde hace tiempo que muchos de nuestros

compaeros cientficos (y eso incluye a algunos acadmicos) no saben usar

un ascensor. Estamos combatiendo esa deficiencia y vamos a ponerle fin.

Impondremos exmenes para otorgar licencias que autoricen a operar un

ascensor, y los servicios prestados en el pasado no sern tomados en

cuenta...Estableceremos el ttulo de Maestro Ascensorista... etctera. Este

es mi segundo punto. Y los electricistas, por su parte, deben garantizar un

servicio ininterrumpido. No es cuestin de apelar a las condiciones objetivas

como excusa. Nuestro lema es "ascensores para todos". No importa

quienes. El ascensor debe estar en condiciones de resistir la entrada del

acadmico menos educado.

Nos abrimos paso entre la multitud. La pompa de aquella reunin

improvisada me caus una profunda impresin. Tuve la sensacin de que

ese da, al fin, el ascensor funcionara de veras; quizs hasta siguiera

funcionando por veinticuatro horas. Era imponente.

El ascensor haba sido siempre el taln de Aquiles de nuestro instituto

y en especial de Modesto Matveevich. En realidad no tena nada de especial.

Era un ascensor como cualquier otro, con sus cosas buenas y sus cosas

malas. Como corresponde a un ascensor que se precie, no dejaba de

trabarse entre dos pisos, estaba siempre ocupado, quemaba las bombillas

elctricas que se le instalaban y requera una conducta irreprochable,

adems de mucha destreza con la puerta. Cuando uno suba al ascensor no

poda afirmar con certeza dnde y cundo saldra de l.

Pero nuestro elevador tena un rasgo particular y nico: no poda

soportar la altura ms all del piso trece. Naturalmente hay en la historia

del Instituto crnicas escritas de conductores muy hbiles que lograron

superar la oposicin del mecanismo y hacerlo subir hasta alturas

fantsticas. Pero para el hombre normal, el territorio interminable que se

ergua ms all del piso trece era como un espacio vaco. Corran toda clase

de rumores, algunos contradictorios, con respecto a esos territorios, casi

3

completamente aislados del mundo y de la influencia de la administracin.

Se deca, por ejemplo, que el piso ciento veinticuatro tena una salida hacia

un espacio antiguo donde las propiedades fsicas eran distintas; que en el

doscientos treinta viva una antigua raza de alquimistas, descendientes

espirituales de la famosa Unin de los Nueve, fundada por Asoka, el

iluminado rey indio; que en el mil diecisiete an vivan junto a la costa del

Mar Azul el viejo, su mujer y el Pez Dorado.

El piso que ms me interesaba (y tambin e Edi) era el setenta y

seis. Segn Controlador de Inventarios, era all donde se guardaba la Caja

Negra ideal, indispensable para todo laboratorio de computacin. Tambin

viva all una chinche parlante que el Departamento de Felicidad Lineal

necesitaba desde haca tiempo. Por lo que sabamos, el piso setenta y seis

era una especie de depsito para las anomalas de la naturaleza y de la

sociedad y muchos de nuestros empleados habran querido meter las manos

en ese cofre de tesoros. Fedor Simeonovich Kivrin, por ejemplo, soaba con

los Sedimentos Granulados de Optimismo que all haba, segn rumores.

Los muchachos del Departamento de Meteorologa Social estaban

desesperados por conseguir cuanto menos un Hombro Fro calificado; se

crea que all contaban con tres y que esos tres tenan una temperatura

efectiva cercana al cero absoluto. El viejo Cristbal Josevich Junta, director

del departamento del Significado de la Vida y doctor en las ciencias ms

inconcebibles, se mora por conseguir el nico ejemplar sobreviviente del

Sueo Sin Alas con destino a la Tierra, para disecarlo; el los ltimos

veinticinco aos haba intentado cuanto menos seis veces quebrar las

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