Joseph Pearce - Escritores conversos (Ayer y Hoy de la Historia) (Spanish Edition)

Publicado originalmente en ingls por Harpercollins Publishers Ltd.,

bajo el Ttulo: Literary converts

Coleccin: Ayer y Hoy de la Historia

Joseph Pearce, 1999

Ediciones Palabra, S.A., 2012

Paseo de la Castellana, 210 28046 MADRID (Espaa)

Telf.: (34) 91 350 77 20 (34) 91 350 77 39

www.palabra.es

Traduccin: Gloria Esteban Villar

Diseo de Cubierta: Carlos Bravo

ISBN: 978-84-9840-627-6

La conversin es como salir a travs de una chimenea de un mundo de espejos donde todo es una caricatura absurda, para entrar en el autntico mundo creado por Dios; es entonces cuando empieza el delicioso proceso de explorarlo sin lmites.

EVELYN WAUGH

En 1905, el joven G. K. Chesterton publicaba Herejes, un libro de ensayos en el que, por primera vez, se enfrentaba a muchos de sus contemporneos, entre quienes se contaban personajes tan clebres como Bernard Shaw y H. G. Wells. Cuando algn crtico sali al paso de la obra argumentando que Chesterton no debera condenar las herejas de otros sin antes sentar las bases de su propia ortodoxia, el escritor acept la crtica y, con ella, el reto que esta planteaba. Y as, en 1908, publicaba Ortodoxia, cuya principal premisa consista en sealar el Credo apostlico como la mejor explicacin a los misterios ms profundos de la vida y la existencia humanas.

La presentacin en sociedad del Chesterton cristiano tuvo importantes repercusiones y una influencia similar a la ejercida, cincuenta aos antes, por la sincera confesin de ortodoxia realizada por Newman. En muchos aspectos, vena a anunciar un renacimiento de la literatura cristiana que, en pleno siglo xx, constitua una sugerente respuesta artstica e intelectual al predominante agnosticismo de la poca. Barbara Reynolds, doctora especialista en Dante y amiga y bigrafa de Dorothy L. Sayers, ha descrito dicho renacimiento como una red compuesta de varias mentes que se alimentaban mutuamente. Sus principales protagonistas fueron, aparte de Chesterton, T. S. Eliot, C. S. Lewis, Siegfried Sassoon, J. R. R. Tolkien, Hilaire Belloc, Charles Williams, R. H. Benson, Ronald Knox, Edith Sitwell, Roy Campbell, Maurice Baring, Evelyn Waugh, Graham Greene, Muriel Spark, Dorothy L. Sayers, Alfred Noyes, Compton Mackenzie, David Jones, Christopher Dawson, Malcolm Muggeridge, R. S. Thomas y George Mackay Brown. La influencia de todos ellos se extendi ms all de la esfera meramente literaria: entre los actores cuyas vidas se vieron mezcladas con las de estos escritores cristianos, contemporneos suyos, se contaron Alec Guinness, Ernest Milton y Robert Speaight.

La publicacin, en 1891, de la encclica papal Rerum novarum provoc una intensa reaccin en Belloc y, a travs de l, en Chesterton, confiriendo a este resurgimiento de las letras cristianas una dimensin poltica. Belloc y Chesterton contraatacaron al socialismo de Shaw y de Wells esgrimiendo la doctrina social de la Iglesia, que denominaron distribucionismo. Eric Gill, por su parte, se encarg de poner en prctica la teora defendida por Belloc y Chesterton, y, a finales de los aos setenta, E. F. Schumacher la populariz a travs de su conocido Lo pequeo es hermoso. As como la conjuncin de la filosofa de Nietzsche y el socialismo marxista impregn y caracteriz la obra literaria de Shaw, la unin de la teologa cristiana y la enseanza de la Iglesia de lo pequeo es hermoso impregn y caracteriz este renacimiento literario cristiano.

Considerada en su conjunto, la mencionada red de mentes constituy una eficaz respuesta del cristianismo a aquella poca de incredulidad. Y gener, adems, algunas de las obras maestras de la literatura del siglo xx, convirtindose en el ltimo testimonio de la fuerza creativa de la fe. La historia de la mutua influencia entre estos gigantes de la literatura, y de la que ellos mismos ejercieron sobre la poca que les toc vivir, representa algo ms que el estudio de un aspecto importante de la literatura del siglo xx: es tambin un relato apasionante en el que la fe y la incredulidad se enfrentan en creativo desacuerdo.

El 22 de enero de 1901, a las tres semanas del inicio del nuevo siglo, la Reina Victoria falleca en Osborne House, despus de ocupar el trono durante ms de sesenta aos. Mientras la nacin lloraba el final de una poca, muchos creyeron ver una seal de mal agero en aquella ocasin tan solemne. El joven G. K. Chesterton, desconocido todava por el pblico lector, llor al conocer la noticia de su muerte; y el da del funeral de la Reina escriba a su prometida: Es esta una hora grandiosa y decisiva, sentida as por toda Inglaterra.

Sin embargo, el ocaso victoriano marcaba tanto un principio como un final. El amanecer de la poca eduardiana coincida con el inicio de un nuevo siglo y anunciaba el nacimiento de una nueva generacin de futuros escritores. Entre los recin llegados se encontraban C. S. Lewis, Evelyn Waugh, Malcolm Muggeridge y Graham Greene, por nombrar tan solo a unos pocos. Para los orgullosos padres del futuro escritor e historiador Hugh Ross Williamson, nacido el da de Ao Nuevo de 1901, el primer ao del siglo trajo consigo literalmente a la nueva criatura. Tres semanas despus, ellos mismos lo llevaban a la plaza del mercado de Romsey, en Hampshire, donde el padre oficiaba de ministro congregacionista, para que pudiera al menos escuchar ya que no entender la proclamacin de la muerte de la Reina.

El mundo que heredaba la nueva generacin apareca teido por el escepticismo y la duda religiosa. Christopher Dawson ha descrito el final de la poca victoriana como el perodo en que el mundo cristiano alcanza su nivel ms bajo; la poca de Combes, de Signor Nathan y de Giolitti.

En 1903 ao del nacimiento de Muggeridge, Bernard Shaw, el paladn del optimismo fabiano, public su obra Hombre y superhombre: un brillante ataque contra las ideas tradicionales en torno al cortejo, el matrimonio y las relaciones entre ambos sexos, cuyo ttulo se haca eco de la filosofa elitista de Nietzsche. Este, fallecido en 1900 tras doce aos de demencia, fue en materia filosfica el mayor y ms declarado enemigo de la cristiandad surgido a finales del siglo xix; convencido de que el cristianismo se hallaba en ruinas, defendi la voluntad de poder de Schopenhauer, en la seguridad de que solo el fuerte debera sobrevivir. Mantena, adems, que la caridad cristiana nicamente serva para fomentar la supervivencia del dbil y del mediocre. Su obra ms importante, As habl Zaratustra, desarrollaba el concepto del superhombre u hombre superior (el Ubermensch), capaz de doblegar la debilidad humana y vencer la sumisin. En Ms all del bien y del mal preconizaba como fundamento de la moral el axioma de que nada es verdad; todo est permitido, e insista en su lucha contra el dbil argumentando que el sufrimiento de los esclavos es insignificante porque casi todo lo que denominamos una cultura superior se basa en la espiritualizacin y la divinizacin de la crueldad.

No resulta sorprendente que muchos hayan visto en la filosofa nietzscheana una de las condiciones previas a la aparicin del nazismo. El cardenal Mindszenty, por ejemplo, dijo acerca de Hitler y del Tercer Reich que el precursor de tan horrible reinado fue Nietzsche, quien proclam que Dios ha muerto y que todos deberamos superar los anticuados conceptos del bien y el mal. Y qu vidas tan magnficas han protagonizado estos seres humanos que prescindieron de Dios!.

No obstante, no fueron los nazis los nicos seres humanos en prescindir de Dios; de hecho, ya a finales de siglo, las tendencias intelectuales haban sido temporalmente agnsticas. A travs de Charles Ryder, protagonista de