Nina Torres-Vidal es puertorriquea. Profesora de lenguas y literatura de la Universidad del Sagrado Corazn en San Juan, Puerto Rico, sus intereses investigativos son la literatura comparada, la literatura autobiogrfica, los estudios del gnero y la teologa feminista. Es la traductora de Casi una mujer de Esmeralda Santiago publicada por Vintage Espaol. La doctora Torres-Vidal reside en San Juan, Puerto Rico.
ndice
JOIE DAVIDOW
Prefacio
ESMERALDA SANTIAGO
La primognita
MARA AMPARO ESCANDN
Mi mam al desnudo
MANDALIT DEL BARCO
Hola Dollinks!: Cartas de mi Mami
ALBA AMBERT
La bsqueda de Persfone en Waterloo: El relato de una hija
PIRI THOMAS
Mami, tambin conocida como Doa Lola
GUSTAVO PREZ FIRMAT
El disgusto
LIZ BALMASEDA
Viajes con Mami
ILAN STAVANS
19 de septiembre de 1985
JAIME MANRIQUE
Una madre llamada Reina Soledad
FRANCISCO GOLDMAN
Mamita linda!
DAGOBERTO GILB
Mi mam
JUNOT DAZ
Cmo (en una poca difcil) descubr a mi mam y aprend a vivir
GIOCONDA BELLI
Simplemente una mujer
MARJORIE AGOSN
Frida, Friduca, Mami
NINA TORRES-VIDAL
Nota de la Traductora
Florence Schwartz, madre de Joie, justo antes de su matrimonio (circa 1940s).
Prefacio
L a primera gran pasin de la vida es por la mujer cuyo cuerpo una vez compartimos. Su aliento fue nuestro aliento; su sangre corri por nuestras venas; su corazn marc el ritmo del latir del nuestro. La conexin entre madre e hijo es el vnculo primario fundamental en la vida de cada una y cada uno de nosotros. Pero esa relacin puede tomar infinidad de formas en las que influyen las circunstancias, la cultura y la religin.
A travs de mi trabajo como editora de la revista S, y luego como co-editora de Las Christmas, nuestra antologa anterior, comenc a darme cuenta de que las madres latinas juegan un papel muy particular en las vidas de sus hijos e hijas. Estas mujeresmuchas de ellas inmigrantes con poco o ningn conocimiento del ingls, venciendo toda adversidad sin ms recursos que su propia fuerza interiorcon frecuencia lograron criar hijas e hijos muy exitosos. Y, ricas o pobres, han vinculado a sus hijos e hijas con algo valiossimo que de otro modo se hubiera perdido: otro pas, otra poca, otra lenguala lengua materna. Esta antologa, pues, es una celebracin de esas cariosas y a veces enloquecedoras mujeres que con su gran valor, fuerza y amor, han formado a toda una generacin de latinos y latinas.
Cuando empezbamos, Esmeralda y yo, a trabajar en Las Mamis, muri mi propia madre. Saba que todas las madres tienen que morir en algn momento, y Mami fue muy afortunada de haber vivido una larga vida y de morir en su propia cama despus de pasar solamente una terrible noche de sufrimiento. Sin embargo, me sent tan acongojada como si el amor de mi vida me hubiera abandonado. Por eso, de cierta manera, fue irnico que durante esos dolorosos primeros meses despus de la muerte de mi mam, estuviera hablando con escritores y escritoras sobre esa relacin que tan recientemente haba perdido.
Nos sorprendi que tantos escritores y escritoras declinaran nuestra invitacin. Uno nos dijo que francamente no vala la pena correr el riesgo de provocarle un disgusto a su mami. Para otros, la relacin estaba ya demasiado lastimada para exponerla en una pgina sin que ello causara un derramamiento de lgrimas y sangre, o era tan frgil que cualquier intento de capturarla en una red de palabras, no importa cun delicadamente construida, poda destrozarla. No pocos aceptaron gustosamente solo para quedar paralizados cuando se dieron cuenta de lo que estaban a punto de hacer. Escribir algo sobre mami que ella de hecho leera, llev a un par de ellos a desistir atemorizados. Hasta los ms prolificos entre nosotros sufrieron y batallaron y rogaron que se les concediera ms tiempo. Un colaborador me coment que l se preguntaba qu tcnicas y recursos habran utilizado los dems, como si la reaccin de mami hubiera sido un obstculo intimidante en torno al cual haba que negociar. No importa cmo las llamemosMom, Mommy, Mam, Mami o Mamacitanuestras madres tienen un enorme poder sobre todos nosotros.
Muchos de los autores y las autoras que aceptaron nuestro reto nos dejaron asombradas con su valiente honestidad. Yo por mi parte me sent un poco celosa de quienes an tenan vivas a sus madres, no importa cun difcil pueda ser la relacin con ellas y hubiera querido exhortarles a que aprovecharan al mximo el an tenerlas, a que las visitaran, a que les contaran lo que tuvieran guardado en sus corazones aunque ellas no pudieran orles. En algunos de los ensayos ms conmovedores, percibimos que el autor o la autora haba utilizado nuestro libro como un medio para hacer las paces con Mami, para demostrarle que la valoraban, a pesar de todo. Muchos autores y autoras tambin pudieron empezar a entender a travs de lo que escriban el punto de vista de Mami, a desmitificar a la madre y a verla como una mujer, no como un ser poderoso que nos dio o nos quit, sino como una adulta, como una igual, que haba luchado y haba tratado y a veces, haba fallado. La antologa tom forma mientras sufra por mi propia Mami. En el momento ms agudo de mi dolor, mientras lea las memorias de todos los hijos y las hijas que contribuyeron a este libro, comprend por qu escribir sobre Mami era tan difcil. Entend que no vivimos solos como un solitario rbol en el bosque, sino a la sombra del rbol mayor que nos concibi. No importa cunto luchemos por separarnos totalmente, no importa cun lejos nos trasplantemos, estamos destinados a existir en relacin con nuestras madres, con la fuente misma de nuestras vidas. Nuestros logros son sus logros. Nuestros fracasos, sus fracasos. Nuestros sueos, slo variaciones de aqullos que nuestras madres soaron para nosotros. Podemos rechazar sus expectativas o esforzarnos por alcanzarlas, pero siempre viviremos nuestras vidas a la sombra de las suyas.